Grabé tu nombre en mi mesa. Y lo rodeé
de un corazón y todo. Mi madre gruñó un poco, pero luego entendió
que era un escritorio con el doble de años que yo y que tampoco era
para tanto. Siempre fui buena chica, no rompía ni destrozaba, sólo
me gustaba mucho escribir en la mesa. Y claro, ahí sigue. Ahí está
tu nombre, el corazón y algún que otro dibujillo más. La verdad
que es tampoco puse el escritorio como una pared de grafitis. Pero tu
nombre sí. Mucha gente que lo ha visto me ha preguntado quién era
el chico del corazón. No he tenido ningún novio que se llamara como
tú. Pero yo siempre sonrío y contesto vagamente. Un viejo amor.
Platónico, pero amor al fin y al cabo. Y a ver si no son los
mejores.
El otro día sin embargo te tuve en mi
sofá. Ahí sentado, en mi casa de verdad, la de adulta. No en la que
escribí tu nombre en el viejo escritorio. Recostado en mi sofá, con
esos ojos tan azules que escarchan el aire y esa sonrisa esquiva.
Contándome que estás roto, decepcionado, frustrado, cabreado. Tus
manos inquietas, tu pelo rubio tan corto ahora. Tu voz, más grave de
lo que la recordaba. Tú tan roto y yo tan tranquila a tu lado. Cómo
cambia la vida.
Hace muchos años, media vida, hubiera
temblado con tanta cercanía. Hace unos cuantos menos, hubiera
saltado sobre ti para arrancarte los besos que nunca tuviste
intención de darme. Ahora no, ahora nada. Ahora te escucho, sonrío,
te hablo y te pregunto. Me hablas, trato de recomponerte algún
pedacito aunque sea pequeño. Ahora estoy atada de pies y manos, pero
aunque estuviera libre tampoco haría nada. Ahora sé que son más
bonitos los besos que no me diste que los mordiscos que pueda
robarte. Para qué, si ya no somos aquellos. Tú te has hecho un
hombre aunque yo recuerde un chiquillo. Yo no sé qué coño soy,
pero desde luego disto mucho de aquella adolescente de la que apenas
queda el flequillo ahora que me lo he vuelto a cortar.
Hace años, una tarde de piscina te
conté entre bromas que me habías gustado mucho. Y tú te reíste.
No me quisiste creer, no era posible que tú me gustaras, dijiste. Yo
me reí también, entonces era la novia de uno de tus amigos. Del que
menos hubiera pensado que pudiera serlo. Pero le amaba con la fuerza
de todo mi ser, que con veinte años era mucha. Así que lo tomamos a
broma. El destino a veces cuenta esos chistes que no tienen gracia
pero que te hacen reír de puro absurdos.
La otra noche te escuchaba, derrotado
pero sin ganas de rendirte del todo. Trataba de animarte con
palabras, pero se me quedaban cortas. Ojalá pudiera abrazarte,
pudiera acariciar tu rubísima e inteligente cabecita y decirte que
todo saldrá bien porque las personas como tú se merecen un final
feliz. Ojalá pudiera decirte que todavía Dover me habla de ti, que
aún recuerdo haber intercambiado cintas de música grabadas de la
radio y aquellos cascos que más de una vez compartimos. Ojalá
pudiera decirte que te miro y aún veo al chaval de cara angelical
que las cicatrices han surcado, que ignoro tu cojera y la cantidad de
grapas, tornillos y puntos que hay por tu cuerpo, que para mí tienes
catorce años, corres por el patio y se te cae el flequillo largo
sobre los ojos cuando te duermes en clase de historia. Ojalá pudiera
darte la mano y asegurarte que no hay supernova que no me recuerde a
ti, que no hay matemáticas que no piense que tú podrías resolver
antes de que yo no siquiera sepa qué son, que no hay dibujo o plano
que no piense que tú harías mejor a mano alzada. Ojalá pudiera
decirte que estoy orgullosa de la persona en la que te has convertido
a pesar de haberlo hecho por los caminos más complicados. Ojalá
pudiera decirte que extrañamente, te quise. Ojalá, ojalá pudiera
explicarte que grabé tu nombre en mi escritorio de estudiante y que
nunca me arrepentí de haberlo hecho.
P.D. Feliz 32 cumpleaños. Ojalá por fin el viento empiece a soplar a tu favor y tú te dejes llevar sin empeñarte en ir a la contra.
¿El Ross cumple años? ¡Felicidades pues! Dior lo bendiga :D
ResponderEliminarBesos
40+3
No es el Ross!!! Jajaja! El Ross cumple en julio y digamos que la historia es otra :)
EliminarEl loco y el niño chico tampoco... ¿Quién me queda? My goshhhh
EliminarTe voy a ahorrar tiempo... no es ninguno de mis hombres "recurrentes". Es un amor platónico de adolescencia del que he hablado un par de veces, pero no tiene nombre. El otro post en que hablé de él está enlazado, por si quieres saber un poco más :)
EliminarMare de deu... ¡¡¡pero dale un besoooooooo!!! Que hasta yo me he quedado con las ganas... jajaja
ResponderEliminarImpresionante
No, de besos nada. Ese tren ya partió y no estoy en situación ahora mismo de andar haciendo tonterías jajaja
EliminarQué historia más bonita!! Y qué bien contada. Cómo cambia la visión de las cosas con el tiempo, ¿verdad? Me suena que ya nombraste a este chico en otra entrada. ¿Puede ser?
ResponderEliminarSí, he hablado de él varias veces, una la enlazo en el propio post, la otra, hace menos. Conté que había vuelto de un trabajo en sudamérica y estaba haciendo un curso para ver si mejoraba siu situación. Es un buen chico aunque lo haya hecho todo por el camino más complicado.
EliminarLos amores platónicos de adolescencia no se olvidan jamás.
ResponderEliminarQué sensación de impotencia tan grande da cuando quieres ayudar a alguien y sabes que no puedes hacer nada mientras no se ayude a sí mismo.
Un besote!!!!
Pues imagínate cuando se juntan las dos cosas... :)
EliminarMe ha gustado mucho este escrito que le has dedicado. Con el tiempo vamos aprendiendo a recolocar el espacio que cada quien ocupa en nuestro corazón. Puede que después de muchos años el tamaño siga siendo el mismo -o no-, pero ese pedazoque te recuerda a esa persona ya no duele tanto. Sólo te da pinchacitos de vez en cuando. Creo que tú has sabido darle el lugar que justamente debe tener en ti.
ResponderEliminarUn beso enorme
Quizás siempre supe que era un amor platónico y nada más, que era mejor así... Pero ahora lo veo más claro :)
EliminarJoder naar q bien escribes tía
ResponderEliminarGracias!! Pensé que te iba a parecer una moñada, jajaja
EliminarMe gusta como se ha ido transfromando un amor platonico en ese amor de amiga.
ResponderEliminarLo cuentas muy bien, y solo me falta un abrazo fuerte que lo mismo se lo diste pero no lo cuentas.
Se te ve muy madura, yo de estar soltera y en tu situación con un amor platónico en el sofá , la cago fijo...
Jeje, no estoy en situación de meterme en líos. Además, como dices las cosas evolucionan con el tiempo. :)
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