miércoles, 13 de julio de 2011

gracias por nacer

Ya he dicho alguna vez que tengo tendencias bipolares. Por eso paso del post anterior a este sin anestesia. Y últimamente tengo el corazón acorchado, pero en días como este, hay un pinchacito incómodo que me recuerda que aún puedo sentir dolor si me descuido. Total, post absurdo y blandengue. Diabéticos abstenerse.

A veces me da por ponerme sensiblona, calimera y estúpida y pienso que hay una persona para cada otra, que todos tenemos al amor de nuestra vida por ahí, hasta que un día lo encontramos. Y que le queremos desde siempre, sólo que no lo sabemos hasta que caemos en sus brazos y sentimos cómo el mundo se detiene. Otras veces tengo, como me dice mi amigo el Gordito, el colmillo retorcido y creo que el amor es una patraña que nos han contado y todos, como gilipollas, nos hemos creído.
Pero sea como sea, el caso es que pasa el tiempo y le echo de menos. Me duele su ausencia como si me faltara un pedazo de mí misma. Como si me hubieran arrancado un trozo de alma. Como si se lo hubiera llevado el día que salió por mi puerta para no volver. Como si aquellas últimas palabras que le dije “adiós, mi vida” hubieran sido más que premonitorias.
Y más hoy, que cumple años y por primera vez en muchos años no voy a darle las gracias por haber nacido y haber cambiado mi mundo.
Sé que no puedo, que no debo decirle que aún le quiero, que aún le espero, que aún guardo la esperanza de que terminemos juntos. Pero hoy, por ser el día que es, me doy una tregua. Me levanto a mí misma, mi propia orden de no pensar en él y dejo que su recuerdo me invada.

Total, Ross, mi amor, que muy feliz cumpleaños. Y que gracias por haber nacido, por haber cambiado mi vida, por haberme hecho feliz, por haberme hecho sentir el amor más grande que nunca pude imaginar. En resumen, gracias por existir, el mundo es un lugar mejor porque tú estás en él. Y este año no te lo diré en persona, ni por teléfono, ni por mensaje. No lo oirán tus oídos. Pero no me importa. Tú me dijiste hace años que nuestros corazones siempre estarían juntos. Y aún lo están. Así lo siento yo y así lo sientes tú, lo sé. Por eso, lo diré muy, muy bajito, sólo con la voz del mismo corazón, sólo para que el tuyo, que está a su lado, lo oiga: que seas muy feliz, amor mío. Y que te quiero y te querré hasta que me muera, como te quiero desde el día en que naciste, hace hoy 28 años. Una vez más, gracias por ser tú.

3 comentarios:

  1. Pues si. Hay amores que no mueren nunca, y hay gente que se queda para siempre, por lejos que estén y por mucho que nos ordenemos no ponernos en contacto... Qué te voy a contar.
    De todas formas, me parece una felicitación preciosa. Y seguro que la está sintiendo.
    (aunque yo no sería capaz... yo se lo diría)
    Mil besos, preciosa. Te quiero!!!

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  2. Felicidades a... ti por ese sentimiento.

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  3. Yo también felicité a alguien por su cumple hace unos días. No sé por que lo hice, pero le envié un correo, aunque él no se acuerde de mi cumpleaños, ni siquiera se acuerde de mí, ni conteste a mis correos.
    Un beso

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