viernes, 8 de julio de 2011

objetivos de verano

Los veranos molan mucho. Sobre todo en los anuncios de cerveza, de coca-cola o de zumos. Ahí la gente va a playas chachis, baila hasta el amanecer y ligan como posesos. En la vida real, los veranos son un poco rollo. Hace calor, estás cansado y pegajoso y no hay mucho que hacer. Al menos en mi vida.
Para este verano tenía dos objetivos: echar un kiki en la terraza y tener un amorío con un extranjero guapo. Y podría hasta ser magnánima y que propio extranjero me diese lo mío en la terraza, ahorrando así el trabajo de conocer a dos tipos distintos.
Sé que aún queda tiempo, sólo es el principio de julio, pero las cosas no pintan bien. Salgo poco, no tengo muchos amigos y al parecer ningún francés guapísimo está dispuesto a llamar a mi timbre y empotrarme en la terraza mientras me dice guarradas que no entiendo, pero que ardo en deseos de oír.
El caso es que necesito despejarme, salir, conocer gente, bailar aunque lo hago de pena. Necesito que un tío quiera ligar conmigo. Y necesito imperiosamente que me cojan de la cintura y me peguen un beso de esos que hacen historia.
Pero bueno, da igual. Ya se me pasará. Son las hormonas, supongo, como siempre.

3 comentarios:

  1. Aun queda mucho verano... lo que tenga que ser, será.
    Nunca pierdas la esperanza.
    Un beso.

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  2. Ay estas hormonas... pues ya estaría bien eso de la terraza. Mujer, anímate, que todavía queda todo el verano por delante. Y si no vente para Barcelona, que ya lo remediaremos; yo te presto la terraza para lo que quieras, eso sí, sin gritar mucho, que se despiertan los niños ;P

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  3. Hasta el 22 de septiembre... es verano. Quedan más de dos meses. No desesperes. Y si no es francés... pues nada, de Parla o de Tomelloso.

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