Vivir en comunidad implica de algún modo los ruidos en comunidad. Sobre todo en los edificios de hoy en día que son de corchopán.
Cuando vivía de alquiler, era terrible. Allí las paredes eran muy cutres y los vecinos muy ruidosos, mala combinación. Los bueno era que todos los vecinos éramos amigos y había cierta confianza. Además, mantener la intimidad era muy complicado en aquél edificio de locos, aunque a cambio la vida era tremendamente divertida. El caso es que allí, podías elegir entre toda clase de ruidos vecinales, desde la pareja de discutidores de al lado (“tonta del culo” e “insoportable de mierda”, según se llamaban ellos), hasta la loca chillona del ático, pasando por el vecino juerguista.
Mi casa de ahora, sin embargo, es muy silenciosa, pero también increíblemente aburrida y los vecinos son un asco. A excepción de vecino del primero, que me tira los trastos. Aquí las paredes son de ladrillo y el hueco del ascensor me separa de los de al lado. Y como soy el último piso, me ahorro las canicas rodantes de los vecinos de arriba, cosa que en casa de mis padres me traía de cabeza. Así que vivo en una especie de isla desierta y silenciosa.
Además mis vecinos de al lado son especialmente sigilosos. Excepto porque él ronca como una locomotora, apenas se les siente. Nunca se ha oído ni una voz, ni una fiesta, ni una reunión con gente, ni música. Nada. Son un muermo de gente, vaya. De hecho, como tampoco se les oía nunca tener “fiesta privada”, me sorprendió bastante que ella se quedara embarazada. Luego caí en que hoy en día poca gente se preña por el método clásico. Y menos a esas edades. Lo increíble es que ni la jodía niña que han tenido hace ruido. Llora poquísimo y a un volumen bastante aceptable, cosa por la que doy gracias a Dios porque los llantos me dan instintos tipo Herodes. Pero bueno, el tema es que entiendo la cara de pocos amigos con la que me miran habitualmente. Imagino que para ellos yo soy un incordio constante. Es decir, viene gente a casa y hablamos hasta las tantas. Pongo música a diario. He hecho unas cuantas fiestecillas. Y desde luego, cuando vivía aquí el loco el ruido era doble. Él hablaba muy alto en general. Y en algunas de las broncas que tuvimos nos debieron oír en toda España. Así como en las reconciliaciones.
Que vale, que estoy viva y hago ruido, coño, qué pasa. Que es que mis vecinos son un rollo repollo. Jolines, que el único ruido que hacen es roncar. ¡Roncar! El ruido aburrido por definición, ya que se hace durmiendo.
El caso es que la otra noche estaba yo insomne perdida cuando oigo, pared por medio, un ruido raro. Era como si alguien saltara encima de unos muelles de un modo increíblemente rítmico. Valoré la idea de que fuera sexo, pero a pesar de que apenas me acuerdo, el sexo no suena así de aburrido. Al menos no si es bueno. Así que lo descarté. Debía ser lo de saltar sobre muelles, sin duda. Y eso sí, ni al saltador ni al muelle debía gustarles nada en absoluto. O no lo demostraban al menos. Ni “oh” ni “ah” ni nada de nada. Total, que hay gente que es aburrida haga lo que haga, sea sexo o saltar sobre muelles. Cosas que por otro lado, suelen ser bastante amenas a poco bien que se hagan.
¿Y vuestros vecinos? ¿También son un muermo? ¿O son una sinfonía de ruidos extraños?
yo quito el volumen de la tele para oir las broncas de mis vecinos de al lado, lo confieso :S
ResponderEliminarEl caso es que nos llevamos muy bien y de vez en cuando ella me dice en la escalera "espera, espera que esta noche cuando D. vuelva me vas a oir gritar pero bien" cuando lleva un buen mosqueo. Y la cuestión es que nunca les he dicho que se les oye... :)
Mis vecinos son odiosos, tienen dos niños, uno de unos 13 años que me rayó la puerta a modo de bienvenida y con el que tuve un encontronazo (con él y con la madre cuando lo pillé infraganti) y una niña de unos 5 ó 6, que canta, grita, se saca el triciclo al pasillo y está siempre dando por culo...uffff, si no fuera por ellos mi piso es perfecto!
ResponderEliminarTienes suerte.
1besico!
Yo tengo pocos vecinos. Es un edificio de apartamentos chiquitillos y sólo tengo al de al lado que, de vez en cuando, le da por poner música a toda leche. Pero es bastante llevadera.
ResponderEliminarSí que es verdad que de vez en cuando se entrega al ars amandi... y bueno, son bastante pasionales.
Por lo demás, el resto de la finca es un poco muermo y no me llegan los ruidos de los demás. Sólo cuando suben y bajan por las escaleras.
Yo tengo por vecino a un exlegionario sesentero que tiene un túnel de titanio en lugar de tabique nasal. Luego tengo a un follador nato en la finca vecina (de esas interiores que comunican) que en verano (léase, de mayo a septiembre) se pone a fornicar con la ventana abierta a las 2 o 3 de la madrugada, cuando algunos trabajamos para tener vacaciones en Navidad. Los muy cabrones se ponen de acuerdo: en verano da por culo el follador y en invierno el exlegionario. ¡¡¡Hastalcoñoo!!! ¬¬
ResponderEliminarMe gustó tu blog, te sigo :)
Pues en cuestión de ruidos, yo vivo muy aburrida. En estos pisos hay una muy buena insonorización y no se siente a los vecinos. Yo soy el piso de más arriba, y no sé si el suelo está tan bien aislado como las paredes. Además, mi vecino de abajo vive en USA, por lo que no sabemos si hacemos demasiado ruido.
ResponderEliminarLo que me gustaría saber es si nos escuchan los vecinos cuando mi marido y yo nos tiramos los trastos a la cabeza (y yo le hablo a grito pelao)... yo me temo que sí, pero son demasiado educados como para decirmelo.