Bueno, ahora que España ha ganado la Eurocopa , que el verano empieza tomar forma y que las cosas están más o menos encauzadas, vuelvo. Poco a poco las iré contando, claro, pero ahora hace falta una mínima explicación. Quizás la ausencia no ha sido tan larga como parecía presumible. Pero de todas las cosas que he pensado y me he dado cuenta en estos días, una de ellas es que echaba de menos mi blog. Echo de menos escribir, contar lo que pienso, recibir respuestas y todo eso. Echo de menos ser Naar. Y es de tontos echarlo de menos pudiendo tenerlo. Vamos, digo yo.
Debo decir, que si no he vuelto antes ha sido por el niño chico. No por su culpa, pero sí que él era la razón. Pasaron un par de cosas feas entre nosotros y no quería, bajo ningún concepto usar el blog como arma arrojadiza o que él pudiera hacer interpretaciones libres de lo que yo contara. No quería hacerle daño. No puedo evitar protegerle aún cuando sé que no debo hacerlo. Es mi niño chico y lo será siempre, pase lo que pase. Porque hay un punto de inocencia y de una deliciosa ingenuidad en sus ojos que me hace estremecer y me impide tratarle como trato al resto de los hombres. Ahora, tras hablarlo tranquilamente, nuestra relación está donde debe estar. Donde siempre debió estar. Donde siempre quise que estuviera aunque no me diera cuenta del todo. Pero se me fue de las manos. A mí, no a él. Se me escapó, por ese afán extraño que tengo en vivirlo todo y las ganas locas de sentir que tenía desde hacía tiempo. Y es que nadie lo había conseguido hasta que llegó él. Quizás no sentí tanto como quise ver, pero sí algo. Y nadie lo había conseguido en años. Por eso, por ese “sentir”, me dejé arrastrar por esa candidez juvenil que yo perdí demasiado pronto. Dejé que me contagiara su pasión y su creencia de que el amor existe. Y fue un error que pagué con dolor, porque los sentimientos es lo que tienen, que pueden ser buenos o malos. El niño me los devolvió todos. Pero aún así, bien pagado está a cambio de lo que viví a su lado. Fue un precio realmente bajo para lo que recibí. Por eso, no me arrepiento. En absoluto.
Ahora, las aguas han vuelto a su cauce. Y todo está bien. El niño chico y yo somos amigos. Amigos con confianzas... pero amigos. Y además tengo que decir que me gusta tenerle en mi vida. Prefiero un millón de veces tenerle como amigo que no tenerle de ninguna manera. Porque me gusta hablar con él, contarnos cosas, charlar y ver series juntos. Y esas cosas, con quien mejor se hacen es con los amigos. Así que, pequeño, deja que la vida fluya, no pienses tanto en cosas raras y disfruta, que estás en lo mejor. Y que te quiero, mi niño chico. Te lo digo porque así te mentalizas a que a partir de ahora no te tome en serio nunca más y me dedique a contar anécdotas humillantes, que es mucho más divertido y tú eres una mina.
Por lo demás, la vida sigue su curso. Y todo sigue bastante bien situado. A veces creo que cuando dije que ojalá el mundo se parase porque estaba todo perfecto, gafé un poco el asunto. Y de ahí el bajón, provocado por otras cosas a parte del niño chico, que fue sólo una gota más en un vaso desbordado. Creo que cuando dices cosas como esa, la vida llega y pega una colleja. Para que pongas los pies en el suelo. Para que aterrices. Para que recuerdes que esto, que lo bueno, también se pasa. Pero no me quejo. No, ni de coña. Como decía el chiste, virgencita, que me quede como estoy. Que tengo mucha suerte. Y que Dios (o la vida, o el destino o lo que crea cada uno) nos de salud, que el resto, ya lo pelearemos cada día.
Conclusión, que no os habéis librado de mí. Ni mucho menos.
El blog se echa de menos. Es como cuando llevamos mucho tiempo sin ver a un ser querido y nos morimos de ganas de volver a verle. No creo que ninguno de nosotros pueda alejarse de sus blogs. Yo también lo dejé en navidad y al cabo de un mes estaba otra vez con él.
ResponderEliminarBueno, no voy a quitarle ni una sola coma a lo que has dicho ahí arriba porque, como siempre, lo has vuelto a expresar infinitamente mejor que yo. Sólo decir que yo tampoco me arrepiento, que lo que pasó es algo que siempre guardaré para mí y que ahora toca disfrutar de lo que hemos conseguido para los dos.
Así que venga, a vivir, a seguir hablando hasta que se haga de día y a ver series, que vamos muy atrasados :)
Un beso!!
lo bueno es que no pareces preocupado por la amenaza de los post humillantes... me lo tomaré como vía libre (muhahahahaha)
EliminarY sí, tenemos mucho pendiente. así que espabila, haz el examen y vente pa'cá ;)
un beso.
las collejas ya las daré yo, no os preocupéis!
ResponderEliminarAnita
BIENNNNNNN HAS VUELTO .........
ResponderEliminarMe alegro que estés por aquí otra vez y espero que tengas los pies en la tierra sólo el tiempo necesario para coger carrerilla y echar a volar otra vez ^^
ResponderEliminarAh y cuenta las tonterías que hace el susodicho, que me quiero cachondear de él jajaja
joeee, qué palabras tan bonitas lo de coger carrerilla. la verdad es que me espera una temporada de tener los pies bien asentados porque el viento va a soplar fuerte, pero me quedo con esas palabras tuyas bien grabadas para cuando pase el temporal. :)
Eliminary claro que contaré sus memeces. ahora ya no hay nada que me impida ser cruel y despiadada jejejeje...
Me gusta tu frase esa de tener salud que el resto hay que pelearlo todos los días. Y me alegro que estés de vuelta, y me alegro de que seas de esas personas razonables que sabe que es mejor hablar primero las cosas porque a veces desde la distancia, en un texto de un blog las cosas se pueden malinterpretar. Y me alegro porque sé que serás feliz, no hay cosa que más me guste que la gente que sabe dónde está. Biquiños!
ResponderEliminarUna vez encuentras a alguien con el que estás cómodo creo que hay que hacer lo posible porque permanezca en nuestra vida. Como amigo o como lo que surja, pero que permanezca. Me alegra que hayáis hablado las cosas. Un beso.
ResponderEliminarPues me alegra no haberme librado de ti... Un beso y para adelante!!
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