miércoles, 17 de abril de 2013

El Ross y la araña


Tras una semana de sequía ahora se me amontona el trabajo. Os debo un post sobre penes y tengo un par de premios ahí atrasados. Prometo publicarlos en breve. Pero hoy no puedo resistirme a contar esto. Las anécdotas de arañas me pueden, lo sabéis.
Ayer por la tarde quedé con el Ross. Primero me echó la charla porque fui a buscarle vestida con unas mallas y una camiseta con un hombro al aire. Según él, iba provocando por el mundo. Y me dio toda una conferencia sobre que los hombres del mundo quieren follarme y por eso unos adolescentes me habían dicho una tontería por el camino. Al parecer, no debería ponerme mallas con mi culo, ni llevar un hombro al aire porque provoco reacciones en los pobres machos humanos y les dolerán los huevos por mi culpa.  Sé que bromea, pero no me soltó de la mano en todo el trayecto. Por si acaso venía un hombre excitado y me raptaba para lujuriosos fines, supongo.
Una vez en mi casa, salió a la terraza a jugar con Ron, pero vino en seguida dentro y me miró horrorizado.

-         Naar, hay una araña ahí fuera. Mátala.
-         Ross, el mundo no funciona así. Tú eres el hombre, mátala tú. Y sabes que me dan pánico, que es lo único en el mundo que desata mis nervios, así que no jodas, ve y mátala tú.
-         Hum… achucharé a Ron para que la mate él.
-         ¡No hagas eso, melón! – le chillé saliendo detrás suya. – ¿No ves que le puede picar a él? Mátala tú.

Corrí descalza a la terraza, donde Ron estaba asomado mirando a la calle y el Ross observaba una araña de tamaño medio colgando de mi estantería.

-         ¿La vas a matar?
-         No… total, Ron está en la otra esquina.
-         Pero puede entrar en casa o yo qué sé. Mátala, Ross, joder, no me hagas cabrear.

Pero el Ross es incapaz de matar nada. Ni siquiera una maldita araña. Y esto ya nos trajo problemas en el pasado. Yo estaba descalza y presa de la histeria no me acordaba de dónde había puesto las zapatillas. Y para colmo, no me fiaba de dejar al Ross solo, es capaz de esconder a la araña para que yo no la mate. Como le seguía gritando desde la puerta, cada vez más enfadada, él alargó el dedo y cogió a la araña por el hilo, con lo que el repugnante bicho se puso a patalear.

-         Maldita sea, Ross, eres lo peor. ¿vas a matar a la araña o vas a seguir haciéndome enfadar?
-         No la voy a matar, la voy a echar fuera.
-         ¿¿Fuera?? ¿Pero no ves que ya estás fuera, anormal del culo? – soy todo amor cuando me pongo nerviosa. – Las arañas pican, te conté el otro día lo de mi madre. Y a Ron siendo pequeño le picó una en una manita y se le hinchó mucho. Así que mátala, me cago en la puta ya.
-         Pero…
-         ¡¡Ross!! ¡¡Joder, está pataleando!! – grito mientras doy un salto y me rasco compulsivamente los brazos. – Mátala o vete a tomar por el culo ahora mismo.
-         Vale, tráeme un papel.

A veces le odio mucho. Odio su sangre fría, odio su pachorra, odio que se la pele mi histeria, odio que todo le resbale y sobre todo odio que no mate arañas. Le acerqué un pañuelo y él, tan tranquilo, cogió a la araña y la envolvió sin espachurrarla.

-         ¿Pero se puede saber qué haces, pedazo de imbécil? – os lo digo, amor puro.
-         La voy a tirar a la calle.
-         ¿Qué? ¿A la calle? ¿Me hablas en serio? Puede volver a subir, puede reproducirse, puede… ¡¡deja de mirarme con esa puta cosa en la mano, Ross, joder, que me pones nerviosa!! ¡¡Te he dicho que la mates!! ¡¡Aplástala ahora mismo!!
-         Pero mujer… ¿a ti qué te ha hecho esta pobre araña?
-         Sí, vamos a debatirlo muy despacio mientras aún la tienes dentro de ese papel en la mano. O la matas ahora mismo y sueltas ese papel o te juro que no me vuelves a tocar con esa mano nunca.

Entonces, con grandísima resignación, puso el papel en el suelo e hizo como que lo pisaba un poco. Pero no lo pisó, no soy tonta. El Ross pesa más de cien kilos, podría haber espachurrado bien ese papel y haber dejado la araña reducida a un manchurrón, pero no. Hizo el amago para que me calmara, pero nada más. Y luego tiró el papel por la terraza a la calle. Así es él. Hace las cosas como para contentarte, para que no le puedas montar bronca, pero en realidad siempre, sieeeeeeeeempre, se sale con la suya.

-         ¿Pero qué haces, desgraciado? ¡¡No la has matado!!
-         Sí lo he hecho, ¿no me has visto pisarla?
-         No la has pisado, tú te crees que soy gilipollas, pero no lo soy, Ross, y tú siempre haces lo mismo, joder. Como me pique una araña, o pique a Ron, serás tú el único culpable. Y es que eres incapaz de hacer las cosas bien por una vez, me cago en todo, Ross, eres lo peor, de verdad. Y si yo te pido que mates una araña porque yo estoy descalza, joder, pues tú la matas y punto.
-         Ya.
-         Y ahora ni siquiera me escuchas, porque es lo que haces tú siempre, pasar de mí y hacer lo que te viene en gana. Y no, Ross, no son así las cosas. ¿qué te costaba pisar al bicho ese repugnante? Vamos, coño, que luego bien me mandas a mí hacer las cosas que te dan miedo que por cierto son un millón. Yo te pido una cosa, Ross, una puta cosa ¿y tú qué haces?
-        
-         Nada, Ross, no haces nada. Pues lo voy a contar en el blog, que lo sepas. Pienso decir a todo el mundo que eres un inútil, que no matas a las arañas y que pasas de lo que te digo.
-         Cuenta también que vistes como una fulana, paseando por ahí tu culo embutido en unas mallas. – rió. – y con una camiseta con el hombro al aire.

Hala, tócate los cojones. Y se quedó tan ancho, jugando con Ron a cazar una pajita. No sé por qué puñetas le quiero. Os lo juro que no lo sé. ¡Hay que joderse! Ahora hay por ahí una araña paseándose tan tranquila mientras yo me arranco la piel a tiras de tanto rascarme. Y él, durmiendo a pierna suelta, claro. Manda huevos.

13 comentarios:

  1. En mi casa no hay discusión que valga: o la araña o yo....y evidentemente gano yo. Básicamente por que soy alérgica y cada vez que me pica una acabo en urgencias...
    Me acabas de dar una idea de post, por cierto :P

    Bss
    Grapando Mariposas
    .

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  2. Dicen que estamos con alguien por sus virtudes pero lo amamos por sus defectos. Igual te pone que no mate arañas, yo qué sé, xddd! Biquiños!

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  3. jajajjaja... biennn!!! toma toma toma la de cosicas que le soltaste ehh!! jajajjaja.. menos mal que no estaba la familia araña!!!!!

    no sé si lo que describes de él es bueno o malo.. no consigo descifrar el "espiritú".. pero vamos, que seguro que las mallas te quedan genial ;)

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  4. Quedas oficialmente invitada a la casa medio abandonada de mi abuela, solo te digo que cuando entro allí me pongo hasta bolsas en la cabeza y ni un centimetro de mi piel queda al descubierto...
    Allí ya no hay arañas, hay mutantes, tarántulas y millares de telarañas con sus victimas en ellas
    Pimiento

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  5. A mí me gustan los animales, peeeeero los bichos en general me dan mucho asco, así que en cuanto veo una araña voy corriendo a por raid y un cepillo y entre mis gritos de MUERE MUERE! y mis cepillazos no dejo ni cadaveres xD
    Yo creo que deberías de contratar un matador de arañas profesional porque está visto que el Ross es un inutil total... mira que decir de empujar al Ron!!!
    Y otra cosa, ponte mallas! Y si te dicen cosas, que se aguante jaja
    Besos ^^
    Tomate

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  6. xDDDDDD... diosas, que post más bueno, Naar. Si tengo que votar uno para fin de año, me quedo con este. Jajajaja... pobre arañita, toda ella vida y regocijo. Toparse contigo en un mal día tiene que ser una prueba de supervivencia. Una de las de matrícula, digo xD

    Ves, mi hermana es a las cucarachas lo que tú a las arañas: pánico en estado puro. No va y, una vez, coge uno de mis zapatos para matar uno de esos bichos repugnantes porqué le daba asco sólo, SÓLO el hecho de pensar en ponerse un zapato que hubiera estado en contacto con eso!! Me reí por no llorar... xD

    Cuántas anécdotas podrían salir de los encontronazos que tenemos con el mundo de los insectos.

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  7. El Ross será muy Ross, pero tú también estás hecha una Rachel jajaja habría sido genial haber visto el espectáculo xDD
    Un beso!

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  8. Jajajajajajajajajajajajajaja

    Quiero conocer al Ross! Lo exijo! Yo me parto con todas las cosas que os pasan... me encantáis. Un besazo.

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  9. Lo mejor para las arañas es un mechero de cocina de esos que tienen el tubo largo, si es que te dan yu yu. Y alégranos el día paseando en mallas y camiseta con el hombro al aire. No te vemos pero te imaginamos y así nos vale.

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  10. El Ross es como mi churri. Agota todas las posibilidades antes de matar un bicho. Ahora ya le puedes decir que ha quedado patente que él es un pusilánime y tú una fulana. Jajaja. Besotes!!!

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  11. ¡No sabía yo que eras tan borde y tan dramática!

    El caso es que ya le vale al Dross, tiene pinta de buenazo. Yo pensaba que ese tipo de hombres no os gustaban.

    Muy curiosa y divertida la entrada.
    ¡Un abrazo!

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  12. El Ross no tiene sangre en la venas. Yo le habría dado con un palo, a él porque a la araña ni me acerco.
    El mundo de los insectos en general y yo no nos llevamos nada bien. Y lo que más asco me da en el mundo son las cucarachas. Tengo asumido que mi lugar ideal para vivir desde luego no es el campo.
    Si tengo la mala suerte de ver en mi casa un insecto de mis labios sólo sale una cosa:
    -Mamaaaaaaaaaaaaa

    Ese es uno de mis miedos cuando me independice.

    Besitos

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