Ya os conté que el Ross estaba empollando un par de huevos
en su casa. Bueno, no él en persona, pero unas palomas a las que había dado
cobijo. Hace unos días apareció en mi casa con su cara de pena.
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Oye Naar, no sé si ha nacido uno de los pollos o si ha
pasado algo...
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¿Eh?
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He encontrado un huevo roto en el suelo de la terraza.
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¿Pero como un huevo? ¿Qué significa eso?
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Pues que había una cascarita de huevo en el suelo.
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Ya. ¿Pero había pollo muerto o algo raro?
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¡Pues claro que no! – me gritó horrorizado. – Sólo era
la cáscara.
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Vale, entonces es que ha nacido el pollo.
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¿Y el otro?
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¡¡Y yo qué sé, Ross!! ¿Qué crees, que soy ginecóloga de
aves o qué? el otro habrá salido y estará el huevo caído por otro lado o aún no
habrá salido del todo.
El Ross quedó un poco más conforme con la idea de que los
pollitos estaban vivos y al fin se atrevió a subir a una escalera para
comprobarlo. Y allí estaban los dos pollos pelados y feos metidos en un nido.
Ahora se entretiene viendo ir y venir a los padres palomos
para dar de comer a los nenes. Y a veces, les saca alpiste. Porque sí, el Ross
ha comprado un paquete de alpiste. El Ross, el tío más roñoso del universo, que
vive con la luz apagada por no gastar, compra alpiste para los pájaros. Y ahora
está todo contento de no haber quitado los huevos. Como si eso hubiera sido una
posibilidad real en algún momento.
El otro día fui yo a su casa a verle un rato. Entré en la
habitación a dejar la chaqueta y le hice un gesto con la cabeza hacia el nido.
-
¿Qué? ¿Cómo están los niños?
-
Jo, son más majos… uno es blanco y el otro es negro. Ya
tienen plumón y son más graciosos… si es que encima son bonicos y todo los jodíos…
Ya. Guapos guapísimos los pollos. Pero yo no digo nada
porque puede que yo hiciera lo mismo. Con las mismas me fui al salón y salí al
balconcito a fumar un cigarro. Entonces lo vi. Un cacharro amarillo metido en
el soporte metálico de una jardinera en la que no hay tiestos ni plantas ni
nada. Sólo un cacharrito amarillo lleno de alpiste.
-
Ross… ¿qué es esto?
-
Un cacharrito que he puesto ahí con alpiste.
-
Ya, ya lo veo.
-
Es que… es que… - empezó a justificarse. – Es que venían
a veces pajaritos al balcón y pensé “pues voy a ponerles comida”… y como yo no
como en casa y no tengo pan, pues dije, “les voy a poner alpiste”. Y lo puse y
vienen a comer. Y me lo paso bomba viéndoles porque son muy graciosos.
-
Ya. – suspiré.
-
¿Qué pasa? Me gustan los gorriones. Y si tengo las
puñeteras palomas que no me gustan en la otra terraza… aunque los pollos molan,
pero ese no es el caso, el tema es que si tengo las palomas… ¡pues también
quiero tener gorriones!
-
Vale, me parece bien.
-
Además, - se animó al ver mi aprobación. – les veo
venir y es divertidísimo. Hay uno muy gordo que no se asusta aunque me vea. Y se
pone ahí a piar en la barandilla. Y el otro día se peleó con otro que viene a
veces que es más pequeño pero también es gordito y...
-
¿Los distingues?
-
Claro, mira, está el gordo, luego está este otro que te
digo y uno más clarito que se asusta enseguida y otro que…
Os dije que daría de comer a las palomas. Ahora veremos lo
que tarda en poner nombre a los pajarillos. Ay, madre, qué criaturita.
AL menos está entretenido! Eso sí, cuando empiecen a piar y a cantar como posesos a la hora de la siesta se va a acordar de los pájaros y su p**a madre! xD xD xD xD
ResponderEliminarBesos
Pues a mí me parece muy tierno. Besotes.
ResponderEliminarMola. Y si se lo pasa teta, mientras no descuide lo demás, ¿qué más quieres?
ResponderEliminarBeso.
Esto se está desmadrando creo yo. Y por cierto, entre pollos y niños, que ya vi tus comentarios en twitter... Se está hablando el chaval, o haciendo mayor, o las dos cosas xddd! Biquiños!
ResponderEliminarPues nosotras vimos ayer como un pajarillo se caía de nuestro balcón y murió ahogado en una acequia de en frente... Pimiento intentó rescatarlo pero fue tarde... Otro trauma pillé.
ResponderEliminarComo le pase algo a los polluelos del Ross ni imaginarme quiero como se pondría, demasiado cariño les está cogiendo.
Estoy a favor de lo que dijiste en twitter, pírate al Caribe pero ya, que el asunto empieza a dar miedo!! jaja
Tomate
Justamente, según lo leía estaba pensando "¿Y no les ha puesto nombre?". Jajaja. Bueno, bueno. Tú deja que se entretenga con los pajarillos que así no le da por sacar suposiciones extrañas a raíz de un helado... Besotes!!!
ResponderEliminarJajaajaaja! Entre la loca de los gatos y el loco de los pájaros.... Menuda pareja os habéis ido a juntar!
ResponderEliminarEn serio... Como ya te han dicho, es súper tierno.
El Ross tiene pinta de ser un tío cojonudo. Sin conocerlo, sólo por lo que cuentas, ya me cae genial.
Besos a todos... y en especial a los pollos y a los gorriones gordos. xD
Cuando empiecen a llenar la terraza de mierdas a ver si sigue tan ilusionado jajajaja
ResponderEliminarYo amo a todos los animales, pero los pájaros precisamente no son de mis favoritos xD
Pues qué tierno me parece... entre tanto bobo que cree que las palomas le van a contagiar el tifus que alguien se preocupe por los polluelos y se pare a observar gorriones... a mí, qué quieres, me gana completamente. Si todos fuésemos así el mundo tendría posibilidades de salvarse...
ResponderEliminarJejejeje mi madre le da de comer a los gorriones en el jardín , y hasta los llama en plan..venir a comer...no me extraña
ResponderEliminarYa lo veo montando una pajarería jajaja :P
ResponderEliminarYo, desde aquí, quiero hacer el club de fans del Ross y Naar jajajajajajaja
ResponderEliminarMe encantáis!!
Un besito
De aquí vienen sus ganas de padre... Yo no digo nadaaaaaa, que luego tó se sabe.
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