martes, 3 de junio de 2014

Son mis amigos

Mis amigos son de esos que aparecen en tu casa sin avisar y aporrean el timbre hasta que les abres. Y de los que cuando contestas al telefonillo les puedes decir “iros a la mierda, no sois bienvenidos”. Y aún así suben y se comen tu comida y se beben tus cervezas.
Mi amigos son de los que te piden que les lleves a su casa en coche aunque te pille en el quinto coño. Y de los que cuando se hace tarde en tu casa se tapan con una manta y te dicen “me quedo aquí a sobar, despiértame cuando te levantes”. Pero tú puedes hacer lo mismo y siempre hay un hueco disponible en sus casas.
Mis amigos son de los que te llaman a las dos de la mañana para contarte una chorrada o para ponerte una canción o para decirte que se lo están pasando en grande y que si te apuntas a acercarte a Valencia o a San Petesburgo. Y les llames cuando les llames, estarán al otro lado.
Mis amigos son de los que se olvidan de tu cumpleaños  y no te regalan nunca nada, pero corren a tu lado si tienes alguien en el hospital, si fallece un familiar o si les da el aire de tomar cañas un martes en pleno invierno. Y aunque vivan a tu lado quizás no se pasen a verte en meses, pero si les dices “ven”, les salen alas y vuelan a tu lado.
Mis amigos son de los que se tiran semanas o hasta meses sin dar señales de vida, pero un día te llaman y se tiran una hora contándote cosas.
Mis amigos son de los que no se fijan si te has cortado el pelo, en si has cambiado de color o en si te has pintado una palabra en la frente. Pero sabrán ver una mirada triste detrás del maquillaje y se dejarán la piel porque sonrías.  Son de los que te incordian a todas horas, pero se pondrían delante de ti si te fuera a atropellar un camión.
Mis amigos son de los que se ríen de ti y te hacen reírte de tus desgracias. De los que lloran contigo, de los que te abrazan sin cesar aunque no quieras y de los que te dicen que te quieren sin ponerse ni colorados.
Mis amigos son de los que a veces dan ganas de odiar, pero no puedes dejar de quererlos. Son un engorro a veces, pero mi vida no sería la misma sin ellos.
Porque joder, me pasé 20 años buscándoos sin saberlo.
Porque aunque nos peleemos mucho porque los dos tenemos un carácter complicado, mi vida no sería la misma sin las risas de Bombita, sin su humor, sin su finísima ironía, sin esos ojos grises con los que me comprendo sin palabras.
Porque aunque a veces le regañe por ser un sieso y no dar explicaciones nunca, mi vida no sería la misma sin el apoyo de Flumi, sin su calor, su seguridad, su aplomo y su lealtad inquebrantable. Porque es el típico amigo que si te ve peleando con otro no viene a separarte, entra en medio con una patada voladora y te saca en volandas del peligro como supermán. Porque él sabe, yo sé y nadie más nos entiende, pero nosotros sabemos.
Porque aunque esté lejos, Reichel siempre está al lado. Y mi vida no sería la misma sin sus anécdotas, su capacidad de reirse de sí misma, su fuerza, sus ganas de reponerse, sus besos sonoros, sus expresiones de las que siempre nos reímos y su capacidad de cohesionar al grupo.
Porque aunque ahora esté en otras cosas, Mery es siempre el punto de dulzura y de paz. Y mi vida no sería la misma sin su sonrisa eterna, sin su inocencia, sin sus equivocaciones, sin su empeño y sin su ternura que nos empuja a protegerla siempre.
Porque aunque se haya casado y encima con su señora, Gordito es una de las mejores y más grandes (literalmente) personas que he conocido. Y mi vida no sería la misma sin sus sonoras risotadas, sin sus bailes, sus ganas de cachondeo, su juerga y su sonrisa socarrona. Porque siempre está ahí, porque vuela si le llamas, porque confía en mí a ciegas, porque él inventó “el colmillo retorcido” y porque siempre te mira y te dice “las cosas van a salir bien” y lo dice tan seguro, que tienes que creerle.
Porque aunque estuvimos años separadas por mil circunstancias, Pelirroja y yo tenemos un lazo morado entre las dos que no se rompe ni de España a Holanda, ni de Madrid a Alicante, ni de ninguna de las maneras. Y mi vida no sería la misma sin ella porque es preciosa y divertida, llena de buen rollo y ganas de vivir. Porque es pura y transparente, porque siempre se acuerda de mi cumpleaños, porque me llama “neni” como sólo ella sabe y porque me manda miles de berenjenas por wasap.
Porque aunque lo nuestro sea lo más raro del mundo, el Ross y yo somos el Ross y yo. Y no hay nada ni nadie en el mundo para mí como él. Porque sí, me hace enfadar, me decepciona, me cabrea, me sulfura… pero le quiero. Es la persona más inteligente, sensible y honrada que conozco. Y allá donde esté él, yo estoy bien porque estoy con él. Y es raro, pero le sigo queriendo igualmente dentro de la rareza.


Os quiero mucho, niños. Os quiero cuando lo pasamos bien y reímos hasta el dolor, pero más os quiero cuando las cosas duelen y reímos hasta que lo pasamos bien. 

4 comentarios:

  1. Qué bonito, Naar... Los amigos son lo más bonito que tiene esta vida. Me alegra que hayas encontrado buenos amigos. Un besote!!!

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  2. Enhorabuena por esos amigos!! No siempre es fácil encontrarlos...

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  3. Se me ha saltado una lagrimita y todo... ¡Qué bonito! Es una suerte poder contar con amigos así.

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  4. Muy bonito y una suerte haberlos encontrado. Mi mejor amiga ahora está a 700km, pero ESTÁ ahí siempre, por teléfono, skype, whatsapp o como sea. Los que valen son los que están a las duras y a las maduras. Si no, es otra cosa.
    Cuídalos!

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