¿Alguna vez habéis ido a un spa? ¿Os han dado un relajante
masaje de pies? ¿Os han hecho la manicura y os han quedado unas uñas preciosas?
¿Alguna vez habéis hecho algo placentero del tipo que sea?
Bien, pues no se parece en NADA a lo que he hecho yo toda la
semana pasada. Me he dado una paliza importante a pintar, limpiar, rascar
pintura hueca y demás tareas poco gratificantes. Me he roto las uñas, me he
quemado la piel con productos químicos, me he dejado las rodillas moradas y las
piernas llenas de cardenales. Me he querido volver, he sufrido ansiedad,
frustración, dolor, ira y ganas de morirme o de matar a alguien.
Y diréis, mujer, por qué no te volviste a tu casa. Pues
porque ese no es el estilo Naar. El estilo Naar es dejarse la piel,
literalmente, hasta que hace lo que se ha propuesto. No es un estilo
recomendable, ni cómodo, ni fácil. Ni siquiera inteligente. Pero es el único
que conozco. Yo lo llamo el “por mis cojones”.
Así que finalmente la casa quedó pintada, limpia y como yo
me había propuesto dejarla.
Los que me seguís en Twitter y habéis leído mi cuaderno de
pintácora y sabéis que he tratado de tomármelo con humor porque es mi defensa
para todo, pero ha sido duro. Duro de verdad. Pero por mis cojones que eso
quedaba hecho. Y por mis cojones ahora estoy contracturada, agotada, dolorida y
delgada. Porque eso sí, es un plan de adelgazamiento y puesta en forma
estupendo. Como un campo de concentración, duro pero efectivo, oyes.
En fin, que he vuelto. Ahora tengo dos semanas por delante
para solucionar mil cosas de papeleos y coñazos varios, pero al menos son
tareas más livianas físicamente. Eso y contentar al gato, que anda mosqueado
con mi ausencia a pesar de que mis padres vienen a cuidarle y le consienten
todo como buenos abuelos.
Tooooootal, que después de esta terrible y agotadora
experiencia lo único que echaré de menos del pueblo es acariciar de vez en
cuando a las salamanquesas del patio que sacaban a relucir mi vena reptiliana.
Pobrecica mi niña!!! Ea, ya pasó. Ahora a descansar y disfrutar de la satisfacción de haber conseguido algo más por tus huevos. Besotes!!!
ResponderEliminarLa buena noticia es que ya está hecho. Ahora sólo tienes que descansar y recuperarte de todas las heridas y moratones. :P
ResponderEliminarY a recuperar laconfianza del gato. Aunque seguro que no te cuesta trabajo, gracias a tu entendimiento animal (eres como un personaje Disney, solo que en vez de relacionarte con pajaritos y pececillos, lo tuyo son los gatos y las salamanquesas, que molan más) :D