Vacaciones: dícese de desconectar de todo lo que te
desagrada del día a día y disfrutar de las cosas que te gustan, según el
diccionario Naar.
Desde que empieza el buen tiempo empiezo a pensar en las
cosas que me gusta hacer para aprovechar a hacerlas todas durante el verano.
Por si acaso. Que el invierno es muy duro.
Una de ellas es perder de vista a mis vecinos. De vista y de
oído. Reconozco que entre los vecinos de abajo que son auténticos pregoneros y
los de enfrente que tienen dos niñas a cada cual más chillona que la anterior,
termino hasta al gorro de berridos mañaneros. Y nocturnos. A veces creo que
deberían plantearse donar sus gargantas a la ciencia y que les estudien
prestigiosos médicos para encontrar el remedio a la afonía. No me explico como gritando
tanto no sufren de una faringitis crónica e incurable.
Y una de las cosas que valoro de irme de casa en verano es
el dejar de oír llantos y pataleos.
Hace ya tiempo que llegaron a España los hoteles y recintos
para adultos. SIN niños. Como por ejemplo este hotel en Salou sólo para mayoresde 16 años. Y no es discriminación ni nada, hay miles de sitios donde puedes ir
con niños, o incluso pensados para ellos. Hoteles y cruceros con animación
infantil, con zonas de juegos, recreativos, teatro, actividades y demás.
Parques de atracciones y temáticos. Mil opciones. Por eso me parece genial
también que exista la posibilidad de querer ir de vacaciones sin niños
alrededor, de poder comer tranquilo sin escuchar rabietas, oler a papillas o
ver a críos revoloteando alrededor de tu mesa. De ir a sitios donde nadie te
pida que no hagas ruido a ciertas horas porque los nenes están durmiendo. Sin tener
que tener cuidado de no decir cosas no recomendadas para oídos inocentes o
escuchar llantinas porque es la hora de dormir o de comer o simplemente, la de
llorar porque sí.
No sé, a mí me parece una opción estupenda para tener unos
días tranquilos si no tienes hijos, si no te gustan los niños o si,
simplemente, te apetece desconectar del tema. Que seguro que muchos de los que
van tienen hijos y sólo necesitan unos días entre adultos, para vivir la
intimidad y las conversaciones sin pañales, baberos y requerimiento de atención
constante. Además, aunque seas padre también tienes que dedicarle tiempo a tu
pareja. Y si no lo eres, con más razón lo que te apetece es estar en un plan
romántico o divertido o de cualquier tipo que no implique las molestias de los
niños ajenos.
El caso es que a mí este tipo de establecimientos me atrae
muchísimo. Es de sobra conocida mi poca afición a los críos y desde luego, si
lo que me apetece son unos días de relax, de pareja o de diversión, el hecho de
estar entre adultos me parece un incentivo más para disfrutar de las
vacaciones.
Los protopadres, y singularmente las protomadres, se quejarán, patalearán y dirán que los niños son lo más importante del mundo y que somos unos desalmados, pero yo estoy contigo: los niños ajenos a veces son un puto coñazo y viene estupendamente tener sitios donde no tener que soportarlos.
ResponderEliminarYo a esto lo llamo medidas "tú te lo has buscado". No sé si te has enterado que en el AVE también han puesto un vagón "silencioso" donde no se permite hablar a gritos por el móvil, tener la puñetera música a todo trapo ni entrar con niños menores de 16 años.
Y me parece genial. Si los padres dejan que sus hijos estén asilvestrados, los demás no tenemos por qué aguantarlos y es lógico que existan hoteles, restaurantes y ahora también un vagón en el AVE donde no tener que soportar a la jauría. Si educaran a sus hijos ni haría falta, pero como no hay educación, pues los adultos tendrán que ir por un lado, y el ganado por otro.
A mi mis hijos no me suelen molestar, pero los de los demás sí, je.
ResponderEliminarAsí como lo de las bodas que contaba hoy Eva no lo veo, que haya oferta de ocio segmentada sí. Con suficiente oferta y variada cada uno elige lo que le interesa.
Un beso
Pues sí, totalmente de acuerdo. El silencio y los niños no suelen ir de la manita nop.
ResponderEliminarEs bueno que haya ofertas variadas.
Jajaja a mi no me molestan, pero creo que le voy a explicar a una amiga ahora mismo la existencia de estos establecimientos, seguro que va de cabeza...
ResponderEliminarBesos
Yo también estoy de acuerdo en que es buena idea. Yo iría a un hotel sin niños sin pensarlo... Lo que no sé es dónde iba a dejar a mi hijo jajajajaja
ResponderEliminarYo creo que es una fantástica idea los establecimientos de este tipo. No es la primera vez que me voy a un restaurante a comer con mi familia y al lado nos toca el niño-toca-cojones y la madre que le mira pero no le hace ni caso, salvo acercarle el teléfono o el ipad para ver si calla. Creo que a veces los padres no se dan cuenta de hasta que punto molestan sus hijos, y perdón, generalizo, que también me he encontrado con la versión, matrimonio con muchos hijos y todos educadísimos, pero son los menos.
ResponderEliminarPues a mi me da mucha pena que existan estas ofertas. Las entiendo, pero me da pena.
ResponderEliminarMe explico: los niños, cuando están bien educados (cuando están normalmente educados) no tienen por qué ser molestos. Al contrario, pueden ser muy simpáticos o simplemente estar a lo suyo. El problema es que hay un alarmantemente creciente número de padres que los tienen asalvajados. Pero, vamos, que los que necesitan educación son los padres.
Yo inventaría un nuevo modelo de hotel todavía mejor: uno al que pueden asistir familias pero se prohibe la entrada de los padres que no cuidan y educan a sus hijos.