martes, 23 de agosto de 2016

Estresada

Vale, voy a decirlo una vez más: No me gustan las bodas. Y no me gustan mis primas. No me gusta viajar en agosto. De hecho, no me gusta agosto.
Estoy estresada, lo admito. El viernes me tengo que ir a 500 kilómetros de mi casa para pasar por una tortura que encima me va a salir carísima. Además, como de costumbre, los los imprevistos se ceban conmigo y el tiempo corre en mi contra para poder arreglarlos todos. Y como escribir dicen que ayuda a ordenarse, os contaré mis problemas de mierda, que sé que son chorradas monumentales, pero me apetece desahogarme.

  • Me compré un vestido monérrimo en rebajas. Buena marca y me salió tirado. Y burdeos, uno de mis colores preferidos que me hace sentir bien cuando lo llevo. El problema es que no me gustaba el cinturón que traía porque era demasiado estrecho. Busqué como una loca. Encontré uno en internet ideal pero costaba un huevo y la yema del otro. Y no está una para dispendios. Pedí por internet un cordón de seda para hacerme yo uno. Sólo quedaba un metro, pero dije, bien, así compruebo el color y luego ya buscaré más. Bien, pues era ideal... sólo que ya no se fabrica y debí comprar el último metro del mundo, porque no ha habido manera de encontrar más. Recorrí Madrid buscando esa cuerda, o algo que me valiera, o una cinta de pasamanería o un cinturón apropiado o una puta tanza que atarme a la maldita cintura. Y nada. Al final he hecho una obra maestra con un cinturón de un euro y medio que compré en aliexpress y un retal del vestido que quedó al cortar el bajo. No sé ni cómo lo he conseguido, pero sé que me ha quitado muchas horas de sueño. Y no me sobran precisamente.
  • He buscado unos pendientes que me peguen con el vestido. No he dado con nada que me guste porque odio la combinación del rojo con el oro y mis pendientes de plata no le van en absoluto. Y las perlas le van como un puñetazo. He mirado en todas las joyerías y tiendas que conozco a ver si había algo de “bisutería buena” que me gustara. Al final encontré unos pendientes ideales pero se me van de presupuesto porque soy una roñosa y no tengo ganas de gastar pasta. Tenía que haber pedido unos en aliexpress, pero ya no me da tiempo. Me colgaré dos borlas de cortina de las orejas. Whatever.
  • La noche antes de la boda hay una cena. No sé quién cojones ha puesto de moda lo de la preboda pero me cago en sus muertos. Yo había pensado un modelito guay, con mis vaqueros preferidos y una camiseta mona que tengo sin estrenar. Problema, como llevo ya dos meses con el anillo de hormonas de Mordor, mis tetas han crecido hasta niveles insoportables. Aún no me siento hinchada, ni estoy de especial mal humor (bueno, esto no lo sé seguro) ni ninguno de los otros efectos secundarios, pero las tetas sí. Esas están gordas, enormes, gigantes. Tanto, que la camiseta que me iba a poner parece que va a reventar. Encontré una solución, pero ahora, según mi madre, resulta que mis camisetas de Game of Thrones no son apropiadas. ¿Cómo? ¿Desde cuando no es apropiado aparecer delante de tus primas con las que te odias exigiendo un juicio por combate?
  • Quería ir a la peluquería a hacerme las mechas, pero la chica ha estado de vacaciones y reformas y ha abierto hoy, así que o pillo hueco a la hora de la siesta o iré espelujada. Y os avanzo algo, en cuanto vuelva de la boda esta del infierno, me corto el pelo. Estoy hasta los cojones de la melena por la cintura y la voy a reducir a la mitad. Pero esa batalla la libraré otro día.
  • La camisa del Ross está sin lavar y sin planchar. Y ahora mismo ni siquiera sé dónde la he puesto. Aunque tampoco sé dónde están los zapatos, así que no es tanto problema, puede ir en chanclas y bañador, igual hasta se encuentra más cómodo.
  • Tengo que dejar a Ron con mi amiga Pa. Se viene a pasar todo el fin de semana a mi casa con el estrés que eso me supone. Creo que ya le he escrito unas cinco hojas de normas de conducta con el gato, horarios de comida, de jarabe, malta e instrucciones varias. Puede que después de esto necesite una amiga nueva. Y no la culpo.
  • No tengo bolso para la boda. No me quise comprar el que ví en Primark y no he encontrado nada más. Así que supongo que llevaré mis cosas en una bolsa de la compra, aunque si lo piensas bien es práctico, porque me cabrán un montón de cosas, entre ellas unas chancletas para cambiarme. Más que nada porque ayer me levanté a las 7 de la mañana completamente dormida para dar de desayunar al gato y pisé un alargador que había en mitad del salón, así que tengo pie dolorido y “levemente” hinchado como una bota, por lo que es posible que sólo consiga ponerme una de mis sandalias monas.


En fin, no sé cómo terminará este jaleo. Deseadme suerte. Os contaré a la vuelta. Si sobrevivo.

3 comentarios:

  1. Ahhhhh. Me he estresado sólo de leerte!!! Haberme llamado. Lo mismo tenía algo que te pudiera servir. Así a bote pronto no caigo pero guardo tanta cosa que lo mismo algún bolsito o unos pendientes que te sirvieran sí que tenía.
    Vas a ir monísima de la muerte, ya lo verás. Y si vas con un zapato solo di que el otro lo tiene el Príncipe Azul. Besotes!!!

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  2. Por Dios¡¡ Aquí otra que casi le da un infarto cuando te lee¡¡¡ Ya verás como al final vas mona y todo se medio soluciona. Ya nos cuentas a la vuelta, un besito¡¡¡

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  3. A veces es más fácil decir que no se puede ir a una boda. Se ahorra una muchos estreses y dolores de cabeza. Yo lo he hecho ya algunas veces, y sin excusas ni nada... "te agradezco mucho la invitación pero no me gustan mucho estos eventos y prefiero no asistir". Se queda una más ancha que larga.

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Estás aquí, has leído... así que comenta hombre ya!!