lunes, 29 de agosto de 2016

El símil de la boda roja

Bueno, ya ha pasado la puñetera boda de mi prima. Por suerte, el mismo día Reichel nos dio la noticia de que ya tiene fecha para casarse el año que viene, así que no nos cansaremos de ir de boda en boda hasta que una de estas la convierta en la boda roja y ya me ahorre ir a ninguna más el resto de mi vida. Qué pesadez, por favor.
En todo caso, hablando de bodas rojas, el otro día encontré un buen símil a lo que siento respecto a las bodas. Y son las ganas de cortar cabezas y matar gente. No, espera. Era otro tipo de símil. Aunque lo de matar peña a cascoporro... bueno, que me distraigo. Los fans de Juego de Tronos me entenderán. Y lo que no, creo que también. Cuando yo vi el capítulo en cuestión, me había tragado todas las temporadas de la serie del tirón así que me pasé un buen sofoco. Me mataron a mi Robb, a su dulce y maravillosa mujer y a su madre, me mataron al lobo huargo. Me jodieron viva. A la vez estaba cabreada, dolida, se me saltaban las lágrimas de impotencia. Yo, que había estado ahí, apoyando a los Stark en su lucha, gritando “The king in the north”, y de pronto, a la mierda todo. Las cuatro de la mañana y yo sola en casa con el silencio sepulcral del final del capítulo y sin saber si creerlo del todo. Qué explosión de sentimientos, oigan. Sin embargo, si alguien que no haya visto en su vida la serie ni sepa de lo que va la vaina ve ese capítulo de repente, pues sí, se queda un poco impactado de ver tanta muerte, pero mira oye, qué le vamos a hacer, es gente que muere y no sabes ni por qué y no para qué.
Las bodas son algo así. Las de mis amigos no me gustan mucho, pero como estoy metida hasta las orejas en la historia de sus vidas, me emocionan, me tocan la fibra, me hacen sentir parte de algo. Recuerdo cómo hemos llegado hasta ahí, veo pasar nuestros años por delante y me tirita un poco el corazoncillo. Sin embargo, las de la gente como mi prima a las que no trato, a las que no conozco apenas y de las que no sé nada, me dejan fría. Que sí, que la ceremonia es bonita, que las palabras que les dedican sus amigos pueden ser emotivas y que lo que tú quieras, pero a mí no me tiembla el pulso. No es parte de mi historia, no pertenezco a ello, soy una mera espectadora despistada que no sabe de lo que va el rollo. Y mientras todos lloran, yo me atuso el vestido y me pregunto si habrá nestea en el cóctel porque con la caló que está cayendo tengo la boca seca.
Así que eso, la boda de mi prima fue bien, la ceremonia bajo el árbol muy estética, la música bastante bien elegida y el baile con coreografía incluida muy gracioso. Pero yo lo único que sentía era que el pelo me daba calor en la espalda y me sudaba el cuello.
Por los demás asuntos que me preocupaban, conseguí sortearlos casi todos. Evité temas incómodos, esquivé a familiares que no me caen bien y hasta me alegré de ver a los que sí me simpatizan. El vestido me encanta, el cinturón que me hice quedó perfecto, encontré un bolso ideal y los zapatos eran preciosos, cómodos y maravillosos. Hasta logré hacerme un cat-eye igual en los dos ojos. Y me pinté los labios de ese rojo encendido que adoro y tanto me costó encontrar en labial fijo. Así que guay.
Y lo mejor de todo con diferencia fue el camping donde nos alojamos. La cabañita de madera molaba mil, el entorno era estupendo y tenía una piscina enorme donde me pegué los dos mejores baños de todo el verano porque el agua estaba buenísima. Además estaba muy cerca del sitio de la boda y tenía un bar en el que se comía de lujo. Y lo mejor, mejorcísmo, es que había gatos. Muchos gatos. Y venían a que les acariciases y les dieras de comer. Así que compré unas bolsitas en el mercadona que había al lado y me he pasado el tiempo dando de comer a dos adorables gatitas, un amoroso machito y un par de cachorritos juguetones. Como de costubre, los animales me salvan del naufragio y me dan razones para sonreír. Y los gatos encantados, claro, dormían en el porche de mi cabaña, se colaban a veces en el salón y me seguían a todas partes maullando. A quién le importa lo que opinen tus estúpidas primas si los gatos callejeros te quieren.

Y nada, por fin se acaba agosto, se pasa el verano y me queda más de un año para la siguiente boda.


12 comentarios:

  1. jajajajaja me encanta!!!!
    El otro día fue la boda de una de mis mejores amigas. Y tuve un sentimiento encontrado..., la verdad. Me gustaba y no me gustaba al mismo tiempo. Era como el punto y final a un ciclo, aunque para ella fuera un momento genial.

    Hice ya mi recorrido por Portugal. ¿El mejor camping? En el que había gatos... les puse nombres y ya no me quería ir de ahí.
    ¿Qué más dará todo si hay gatos?

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    1. Las bodas de mis amigos también me dan esa sensación encontrada, pero a veces consigo disfrutar un poco más.
      Qué tal por Portugal? Todo es mejor con gatos, si yo los hubiera tenido en el Algarve me hubiera gustado más! :)

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  2. Pues me alegro mil de que lo hayas disfrutado y que incluso te hayas podido poner los dos zapatos. Jajajaja.
    También me alegro de que por este año no tengas más bodas!!

    Besotes.

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    1. Sí, el pie se me deshinchó pronto. No es que fuera la juerga ni nada, pero esperaba algo peor aún, así que me doy por satisfecha. :)

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  3. tengo una foto de la boda de una prima, hace como cuatro años, en la que salgo con chaqueta y corbata. si un día la pongo en facebook se va armar un cachondeo de cojones, porque la mayoría de la gente nunca me ha visto de esa guisa.
    en algunas bodas hasta te lo pasas bien, pero de primeras da una pereza... es como "mira, yo tengo mi vida, cásate si quieres y déjame en paz!" ^_^

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    1. Pon la foto! Jajaja
      No puedo decir que lo pasara super bien, pero esperaba algo peor, así que mira, no me quejo :)

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  4. Jajajaja me ha encantado tu simil con las bodas y juego de tronos (serie que yo no sigo por cierto), una gran verdad lo de la gente que te la refanfinfla corra o no te corra sangre por las venas en común con la persona en cuestión... yo lo que pasa es que soy una sensible y como vea a alguien llorar, lloro yo...

    Un besote

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    1. Mi prima se hartó a llorar porque es muy así ella. Yo no soy de emocionarme y aunque lo haga no lloro en público... Aunque en este caso ni eso. Lloré más con juego de tronos, la verdad :D

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  5. Jo es que las bodas a las que toca ir porque no queda otra son un auténtico coñazo. Y te habla una amante de las bodas, pero de las que me importan. Cuando vas por obligación la cosa cambia un huevo.
    Me alegro de que dentro de todo lo pasaras bien gracias al camping y a los gatitos. Con respecto a la familia, pues eso, quién no tiene gente a la que preferiría no tratar jamás??? Pero bueno eso son gente BBC (bodasbautizoscomuniones) y para cuando te das cuenta, el evento acabó y no tienes que volver a verles la jeta hasta la próxima.
    Besotes

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    1. A mí no me molan mucho ni las bodas de gente que sí quiero, así que imagínate. Pero bueno, lo que dices, ya pasó y hasta la próxima, que vete a saber si habrá o ni eso :)

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  6. Temo el momento en el que empiecen a casarse todos mis amigos. Qué agobio.

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    1. Además es efecto dominó, en cuanto se casa el primero ya caen todos. Un horror.

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