Últimamente me ha dado un poco por la metafísica en plan profundo-coñazo. Que si será amor, que si será la vida, la madurez, la felicidad, las ganas de que me empotren contra la pared. Blablablá.
Creo que si tuviera un maromo al lado que me diera marcha al cuerpo no me daría por pensar tantas chorradas.
El asunto es que me he acatarrado. Soy propensa a los catarros primaverales y/o veraniegos. Soy así de absurda. Y la fiebre, los mocos y el dolor generalizado me hacen preocuparme menos por chorradas. Cuando vives solo y tu salud se resiente, tienes que estar fuerte psicológicamente. Así que todo pasa a un segundo plano. Lo importante es estar bien, seguir vivo, no desmayarse al bajar las escaleras. Suena absurdo, pero es que yo soy muy tremendista y me asusto mucho en cuanto flojeo físicamente.
Además, para colmo de mis males, mi prima la mayor se casa este fin de semana en Granada. Yo no voy, porque las desavenencias con la imbécil de mi prima son gordas, pero mi familia sí va, obviamente. Así que me quedo sola de verdad. Sin padres, sin abuelos. Nada. Nadie. Y acojona, oyes. Me da por pensar, fíjate que no tengo nadie a quien llamar, nadie a quien acudir, nadie. Es muy grande esa palabra para sujetarla ahora mismo, con mis brazos catarrosos. Nadie. Y lo que es peor, me da por plantearme que algún día mi vida puede ser así. Que mis abuelos no estarán siempre. Que mis padres puede que decidan jubilarse e irse a vivir al sur. O que, Dios no quiera, quizás algún día también falten mis padres. Y yo no quiero tener hijos. No tengo hermanos. No tengo más familia. Y no parece que nunca vaya a compartir mi vida con un hombre. Así que algún día estaré sola. Sola, sin nadie. Dos palabras terribles para estar juntas en una frase. Y puede que ese día los gatos no basten.
En fin. La fiebre me hace delirar, me parece. Pero es que a pesar de estar mala, mañana tengo que coger el coche a las 7 de la mañana y llevar a mis padres y mis abuelos a la estación de autobuses y luego volverme sola a casa. Y hacerme la compra. Y prepararme la comida. Porque no hay nadie más que lo haga. Porque no puedo pedir ayuda a nadie. Porque no hay nadie cuando tiendo la mano. Porque no hay a quien le pueda repartir mi carga. No hay nadie que me acompañe, que me ayude, que me cuide. No hay nadie...
En fin, se me perdona el modo tristón y calimero, que estoy malita.
Ay, un par de tortas te merecías... ¿y G e I? ¿Y tu amiga Ana? ¿Y tu amiga Pa? ¿Como que no tienes a nadie para hablar, maldita? Y a base de mails puedes hablar con muchos más que te conocemos a través de internet, yo incluída, que lo sepas. Un abrazo.
ResponderEliminarABISAL: no es tan fácil. I y G están bastante ocupados últimamente con sus cosas, pero probablemente si este fin de semana agonizo sean a los que tenga que llamar. Ana está viviendo con su chico, empezando a vivir, lo que es muy complicado. Pa está en galicia de vacaciones. y podeís hablarme por mail, pero nadie me ayuda a preparar la comida, me acompaña cuando la noche es muy larga o me pone el termómetro si tengo fiebre. me encanta vuestra compañía, pero en estos momentos tengo que decir, que no es lo mismo :(
ResponderEliminaraún así mantengo que me animaré en cuanto me mejore, lo prometo.
Naar va a hacer bueno por Madrid el fin-de-semana, llévate un buen libro y echa uno de los días en el retiro... de relajada leyendo al solecito... mucho ánimo.
ResponderEliminarEstás mejor?
ResponderEliminarNena, G e I estarán con sus cosas y todo lo que quieras, pero estoy segura de que si los necesitas, dejarán lo que haga falta dejar y te echarán una mano. A veces los amigos son más familia que la familia.
ResponderEliminarQué pena estar tan lejos y que este finde lo tenga tan petao, que me plantaba en tu casa en plan "estricta gobernanta" a ponerte termómetros e inflarte a caldito...
En fín, reina, quédate tiradita en el sofá hasta que te encuentres mejor, llama a los amigos para que te hagan compañía a ratitos (ya que no pueden quedarse el finde entero), y en seguida llega el lunes y la familia al completo...
Muchos besos, cielo.
reina, yo estoy. (lejos, ya, pero aquí). que también puedes venir (ejem ejum).
ResponderEliminarah, que se me olvida:
visita www.yomounstrua.blogspot.com
te va a gustar. hay gatos. (ji!)
Lo primero. Espero que estés ya recuperada de tu resfriado veraniego,siempre son los peores y los más inoportunos.
ResponderEliminarLo segundo, me he sentido totalmente identificado con tu post. Últimamente lo he pensado bastantes veces. Y, la verdad, por ahora, no tengo solución.
Besos.
Vaya por delante que hoy estoy especialmente sensible, así que tu relato aún me ha hecho bajar un escalón más. Dicho esto, y como quiero subir y no bajar más escalones, me voy a poner a gritar, que dicen que libera tensiones. Pruébalo alguna vez. Y ya me dirás. Si Ron se asusta, son daños colaterales...
ResponderEliminarEspero que ya te encuentres mejor de tu resfriado. Un beso.