martes, 2 de abril de 2013

con dos huevos


El Ross siempre tiene gravísimos problemas. Sobre todo porque cree que las chorradas monumentales son gravísimos problemas. Decir que se ahoga en un vaso de agua sería exagerar. Él se ahoga en una cuchara sopera.
Por eso tengo tendencia a no hacerle mucho caso. a su vez, él tiene la idea de que yo no tengo problemas, porque como soy de esas personas que no se lo piensan y se tiran al vacío, es que no debe darme miedo. Digamos que yo soy de coger el toro por los cuernos, de esperarle a puerta gayola, de ir a buscar yo al toro si es necesario. Y él es de esconderse tras el burladero y cuando sea posible, huir despavorido a un lugar lejano donde no haya toros.
Hace poco conté que el Ross tenía una paloma que iba a su terraza de la habitación. Le tenía comida la moral y se pasaba la vida tratando de espantarla. Es lo que tiene vivir solo, te aburres y haces idioteces. Y a él, claro, le parecía un problemón. Al parecer, cuando se fue de viaje, la paloma empezó a sentirse a sus anchas sin un loco que saliera cada dos por tres haciendo aspavientos.
Ayer, llegó de viaje y  fui a verle y a pasar la tarde con él. Según me abrió la puerta me miró con su cara de compungido. Como el Ross es el máximo exponente de calimerismo del universo, pensé que sería una de sus soberanas tonterías.

-         Tengo un problema. – gimoteó.
-         A ver, sorpréndeme.

El Ross me llevó a su habitación y me señaló el mueble alto que hay en la terracita. La paloma estaba tranquilamente asentada sobre un nido.

-         Hoy cuando he llegado he visto que había pajitas encima del armario. – me contó. – Y me he subido a la escalera y… y… y…
-         ¿Y qué pasa, Ross?
-         ¡Pues que hay dos huevitos en el nido!

Ay, madre que le veo venir. Lo que le faltaba a Calimero, un huevo de verdad. O mejor, dos huevos. Aunque sean de paloma. Le miré con resignación. Esperaba que fuera un problema de los suyos, no algo relacionado con mi punto flaco.

-         Bueno, ¿y qué quieres que te diga?
-         No lo sé. ¿Qué hago? ¿Los dejo? ¿O los quito y…? – el Ross es incapaz ni de pronunciar lo que habría que hacer con los huevos.
-         No le estás preguntando a la persona adecuada, lo sabes.
-         Es que las palomas lo cagan todo, mira como está la terraza de sucia. – me pone ojos súper lastimeros. – Pero si le quito los huevos y esos pollitos no llegan a salir me sentiría horriblemente mal.
-         Ya lo sé.
-         ¿Entonces qué hago?

Me encogí de hombros. Realmente no sé qué esperaba que le dijera.  Sabe de sobra que yo tampoco soy capaz de quitar unos huevos y hacer tortilla con ellos. Sabe que yo salvo a los caracoles que vienen en las lechugas y los cuido hasta que puedo soltarlos en el sur o en algún lugar seguro.
La paloma, toda gorda encima de su nido nos miraba fijamente. Debía pensar, “vaya dos gilipollas ahí detrás del cristal observándome”.

-         Y claro, ahora no se asusta, la condenada paloma. – volvió a gruñir. – antes la espantaba y se iba. Ahora a no ser que salga y me acerque mucho no se va, está ahí cuidando y empollando sus huevos. ¿cómo se los voy a quitar?
-         Pues déjalos y ten pollitos.
-         No quiero pollitos, me lo van a cagar todo.
-         A ver, Ross, que entras en bucle. Aquí hay dos opciones, quitar los huevos y punto final o dejarlos y aceptar que habrá caca de paloma.
-         ¿Y qué hago?
-         No lo sé. Y no voy a asumir yo la responsabilidad, tenlo claro. Haz lo que quieras tú.
-         Yo no quiero matar a dos pollitos.
-         No son pollitos, son huevos.
-         Son futuros pollitos. Y me sentiría fatal si los… quitara.
-         Pues déjalos y limpia más.
-         ¿Sabes lo que puedo hacer? poner papel de periódico. Así no se manchará tanto y además estarán más protegidos y más calentitos.

Genial. Pasamos de querer supuestamente deshacernos de los huevos a cuidarlos con esmero. Veremos lo que tarda en sacar pan a la paloma.
De momento, si hay un lugar seguro para los huevos en todo Madrid, es la casa del Ross. No sé si los pollos llegarán a colmo, pero al menos están a salvo de los humanos. Porque el Ross es el ser más inofensivo del mundo. Y me enternece sobremanera esa faceta suya incapaz de matar una mosca. Aunque a veces la lleve a extremos que me desesperan. Porque él es capaz de llorar por todo, de conmoverse por todo, de sentir a niveles insospechados de dolor. Él es capaz de hacer que yo me sienta algo parecido a un carro de combate que pasa por encima de todo. Y a  pesar de mi supuesta insensibilidad, me hace sonreír verle mirando el nido.
Qué jodidamente fácil es quererle. Qué chungo va a ser cuando tenga que volver a vivir sin esa dulzura que me recuerda que bajo mis capas, bajo mis muros de protección, bajo mis caparazones y mis escudos también hay un corazoncito que tirita por las cosas más pequeñas aunque nunca le escuche. Qué duro va a ser cuando tenga que dejarle ir como los pollitos que abandonan el nido. Qué horrible va a volver a ser la vida cuando tenga que renunciar a él.
Ojalá todos los problemas del mundo fueran como los suyos. Ojalá no fuera tan jodidamente fácil quererle. 

11 comentarios:

  1. ¿Y por qué vas a tener que dejarle ir? Mira que lleváis año complicándoos. Por cierto, ¿qué es "esperarle a puerta gayola"? Biquiños!

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  2. No seas negativa que no te pega y no pienses en estar si el , porque eso no tiene por qué pasar, besos!

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  3. Eso eso que los deje, y ya cuando cumplan los 18 que los eche de casa, pero mientras no jajaja
    Mi madre un día se lió a cepillazos en un nido que se había formado encima del aire acondicionado y empezaron a caer minipolluelillos... otro trauma pillé, a punto estuve de llamar a la protectora de animales para denunciar a mi madre! Desde entonces cada vez que la vemos con el cepillo, Pimiento y yo corremos a quitárselo para evitar más homicidios.
    Respecto lo otro, no adelantes acontecimientos que puede que ni pasen!
    Besos ^^
    Tomate, la defensora ante los desahucios de animales.

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  4. pero y no les ha puesto nombre??? no me lo puedo creer.. cuanta insensibilidad porelamordedios!!!!

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  5. Pues yo digo que sí, que el Ross es un romántico, y que os merecéis estar juntos. Lo que pueda pasar mañana no lo sabemos, así que aprovecha el momento y no pienses en el futuro. Que sí, ya está aquí la doña consejos de 19 años, pero creo que es lo mejor :)

    Tú le quieres, él seguramente también te quiere... ¡pues ya está! :)

    Si es que sois como dos polluelos, nunca mejor dicho.

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  6. Bueno, no pasa nada, se deja que nazcan los polluelos, que engorden y se pongan fuertotes y luego cuando vuelen se les echa para que se busquen otro sitio. Seguro que hay formas de espantarlos sin hacerles daño.

    No sé si el Ross se irá o no ha terminado de llegar, pero la verdad es que no ganas nada sufriendo por adelantado. Disfrútalo.

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  7. Pobre Ross, menudo dilema... A mí las palomas no me gustan nada. Son una fuente de infecciones tremenda, aunque tampoco me atrevería a desmontar el nido, pobres polluelos... Ya nos contarás si el Ross se convierte en papá adoptivo. Jajaja. Besotes!!!

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  8. Que buenazo es Ross, el lio lo tenía que haber cortado de raiz no dejando a la paloma entrar! pero bueno, la opción de hacer una mini tortilla con esos huevos se descarta no?
    Pimiento

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  9. Anda, mira por dónde, ¡Ross va a ser papá! xDDD

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  10. Jajajaj pobret meu! No lo quiero ver cuando salgan los pollitos del cascarón :P

    Eso dile que lo tenga todo limpito que las raticas con plumas llevan mil enfermedades...

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  11. Justo iba a decirte lo que ha dicho Pio... las palomas, sobre todo sus cacas, traen mogollón de enfermedades... yo no tendría problema... los quitaría sin pensar, no soy yo muy de animales, sinceramente...

    Besotes!!

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