martes, 20 de enero de 2015

Un gallego, un murciano y la señora Robinson

Ultimamente estoy un poco intensito-aburrida. Por suerte para todos, esta tarde volvía de hacer unos recados y el coche y la radio han vuelto a obrar su milagro. Salía del párking del súper cuando ha sonado esta versión de Mrs Robinson de Limonheads. Por si hay algún despistado, la original de Simon And Garfunkel es la banda sonora de El Graduado. Y si alguien sigue perdido, que la vea y coja un poco de cultura cinefilo-musical, coñoya.

Hace un montón de años, conocí a un par de chavales. Uno era murciano, bastante alto, fuerte, guapete, así con cierto aire rural y pinta de empotrarse a cualquiera. De hecho, era el típico ligoncete que siempre anda tonteando, bailando y jiji-jaja pero que luego pocas veces remata.
El otro era un galleguiño no tan alto, delgadito, muy guapo de cara y con pinta de no haber roto nunca un plato. Apenas hablaba, primero porque era tímido y entre otras cosas porque cuando lo hacía tenía tal acentazo gallego cerradísimo que parecía un puro chiste y la gente no le tomaba en serio.  
El caso es que los dos muchachos se conocieron, se hicieron amigos y se fueron a vivir juntos. Ninguno era de Madrid y oye, qué mejor que compartir piso con un tipo que te cae bien y con el que parece que te llevas a las mil maravillas. Durante muchos meses, era imposible ver al murciano sin el gallego ni viceversa. Siempre iban juntos como una extraña pareja. Hasta que un día, de repente, el gallego volvió a Porriño para nunca volver. Así, de repente, de un día para otro, sin avisar, sin despedirse. Como el que huye de la justicia.
Durante un tiempo no supimos nada porque el murciano no soltaba prenda. Eso sí, ponía muy mala cara cuando se le preguntaba por el otro, incluso llegó a soltar algún improperio. Por suerte para mí, y ahora para vosotros, yo era muy amiga de otro íntimo del chaval de Murcia.
El asunto es que durante un fin de semana, la madre murciana vino a ver a su hijo. La buena mujer le había tenido siendo apenas una adolescente y no había padre murciano, así que ella vino a ver a su hijo y de paso, a salir  un poco por la ciudad y pasarlo bien. Curiosamente, consiguió pasarlo bien sin salir apenas y una noche cuando el hijo volvió a casa la encontró en el sofá del salón en una postura parecida a la que tuvo cuando le dio a luz, sólo que entre sus piernas el que se encontraba era el adorable galleguiño meneando las caderas y no precisamente a ritmo de muñeira.
No sé muchos detalles de ahí en adelante, excepto que al día siguiente alguien partió hacia Porriño con un ojo morado y sin intención de volver, aunque bastante ofendido porque  él no se enfadó tanto cuando el murciano se lo montó con su hermana unos meses antes.
¿Moraleja de esta bonita historia? El Graduado es una buena peli con una maravillosa banda sonora y los del Canto del Loco sonaban muy graciosos con “La madre de José”, pero en la vida real tratad de evitar el amancebamiento con familiares directos de vuestros amigos. Sobre todo progenitores. Y más aún si vivís juntos y os pueden pillar. La endogamia amistoso-familiar no es una buena idea.



6 comentarios:

  1. Hay que ver qué cerrao el murciano, oye, que a ver si una porque es madre va a estar inhabilitada para tener relaciones!

    Me ha hecho gracia lo de que al gallego en cuánto abría la boca se cachondeaban del acento, a mí me pasó lo mismo y cuánto más quería evitarlo más acento me salía :D

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    1. Mujer, yo creo que no era porque la madre frungiera en sí, sino el hecho de que sea con tu mejor amigo, en tu salón y que encima tú te encuentres el panorama... que una cosa es una cosa y la otra ya se pasa un poco XDDD
      El acento gallego es gracioso de por sí, jeje, pero es que este chico lo tenía tan exagerado que parecía cuando alguien lo imita a propósito para un chiste, :)

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  2. Jajaja quedará carca, pero VAYA PUTÓN LA SEÑORA. Al menos, si quería zumbarse al hijo de Porriño, que se lo hubiera llevado a la Pensión Berta, pague poco y aprovéchese de la gran oferta. Eso no se supera xDDD

    Besos

    36+3

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    1. A mí no me parece muy bien que te frunjas al amigo de tu hijo, pero encima en su casa es un poco descarado, la verdad, jajajaja, la pensión Berta era mejor opción, desde luego :D

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  3. Jajajajaja. Lo que me he reído... Digna de culebrón, la historia. La verdad es que no es recomendable liarse con parientes de los amigos; al final termina todo el mundo como el rosario de la aurora.
    Por cierto, adoro la canción "Mrs. Robinson" (aunque no conocía la versión de Lemonheads). Besotes!!!

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    1. Dicen que donde tengas la olla no metas lo que rima... familiares de amigos con los que además vives, mal.
      A mí me gusta mucho la canción original, pero la versión rockera tiene su punto :)

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