Mis amigos creen que yo soy el oráculo
de los casos imposibles o algo. El Gordito dice que es deformación
profesional y que me acostumbré a problemas tan gordos en mi
trabajo, que en la vida cotidiana todo me parecen nimiedades. Así
que suelen pedirme desde las cosas más sencillas hasta las más
disparatadas. El otro día vino Pa, con el rollo de que se iba a
Barcelona con una amiga suya que vive allí y que si podía buscarle
hotel porque todos estaban lejos o se le iban de presupuesto. Y ahí
está Naar y encuentra el Hotel Rosellón al lado de lo
que quieren visitar. Yo, que pobre de mí, nunca he estado en
Barcelona.
Eso fue fácil, claro. Lo chungo es
cuando vienen con cosas más raras, como cuando Gordito se empeña en
que le compre empanadas para su cumpleaños. O cuando el Niño Chico
me dice que alquile un coche en Cracovia.
También está Prima de Bilbao, que me
llama y me dice que si conozco un veterinario de confianza o mi madre
que busca un chaleco de madrileño para el yayo, que se quiere vestir
este año de chulapo. El caso es que yo debo ser la persona más
resolutiva del mundo porque siempre que me llaman con una de estas
cosas suelo tener una respuesta inmediata tipo “sí, mira, llama
aquí, vete a tal sitio, espera que te mando un enlace”. Y todo
arreglado. La prima tiene veterinario y el yayo va de chulapo
guapetón.
Tanto es así, que cuando no tengo
solución a lo que ellos quieren o no es la respuesta que esperan,
encima se enfadan.
El otro día me llama la yaya y me
pregunta por una exposición. Lo miro y terminó en marzo. Bueno,
pues se enfurruña conmigo porque quería ir. Al parecer yo debería
haberlo sabido. O debería hablar con los señores expositores y
convencerlos de que esperen a que mi abuela decida ir a verla. Y eso
sin hablar del yayo, que aprovechando la llamada me preguntó qué
botón de su mando a distancia tenía que tocar para quitar los
subtítulos de un dvd que quería ver. Mi abuelo, que no ve una porra
ya, y no sabía decirme si en algún botoncito podía directamente
subtitle o algo semejante. Así que le dije que no sabía
porque no conozco su mando de memoria. Bueno, pues otro que se
enfurruñó conmigo. ¿Cómo que no lo sabía? ¡Pero si yo de eso
entiendo mucho! Pues debería saberlo, hombre ya.
A veces creo que voy a poner un
consultorio. Y cada vez que alguien me llame con una pregunta absurda
o con un problema que se soluciona con un buscador de internet y un
poco de tiempo, que me den un par de euros por las molestias. Parece
poco, pero os digo que me forro.
me pasa y con lo que he tardado en depurar la técnica con la familia... además esperan que tenga dotes telepáticas con extraños! O_oU
ResponderEliminarAnda! A mí me pasa parecido! Pero la gente apenas me pregunta porque les meto en lista de espera y cuando lo voy a arreglar ya lo tienen ellos arreglado. Ains. Pues sí, yo veo ahí negocio fíjate (o almuerzos gratis).
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