El amor es un sentimiento temible. Nos
altera, nos trastorna, nos vuelve gilipollas. Y es bastante
incontrolable. Curiosamente, hay gente que dice buscarlo. Que cada
vez que lo oigo me entra el sarpullido. “Yo es que estoy buscando
el amor”. Sí, mira y yo estoy buscando petróleo que es mucho más
útil. “Pero es que quiero encontrar el amor”. Que sí, que yo
quiero encontrar petróleo y fíjate que lo más parecido es el moho
del borde de la ducha que rasco cada dos por tres.
No, a ver, en serio. Uno puede decir
que está abierto a encontrar a alguien. Que está predispuesto,
incluso. Pero “el amor” así dicho, es absurdo buscarlo. El amor
no puedes encontrarlo. Es él quien te encuentra a ti quieras o no,
lo busques o lo huyas. Y te pasa por encima como una apisonadora. Te
traspasa de lado a lado, te deja helado, te destroza y te recompone
en un segundo. O al menos así lo viví yo hace la torta de años:
con cara de gilipollas. Que luego todo se calma, se relaja y vienen
los tiempos realmente buenos, los de la confianza, el respeto y
blablablá. Lo que sea, no estoy hablando de eso.
Bueno, en realidad tampoco quiero
hablar de encontrar el amor en sí. Ay, me estoy liando. Vaya churro
de post.
A ver, lo que pretendo decir, entre
otras cosas, es que hace tiempo que me siento confusa y rara y
asustada y más confusa y más rara y... tal. Al principio pensé que
igual eran las hormonas porque casi todo en mi vida se reduce a las
hormonas. Luego lo tuve que pensar un poco más casi por obligación
y me di cuenta de que había muchas cosas en mi vida que no estaban
del todo bien. Aún tenía temas que tratar conmigo misma, capítulos
que cerrar, miedos que superar, conflictos que afrontar y
encrucijadas que decidir. Y tenía que hacerlo sola.
Total, que decidí que el Niño Chico
no volviera a visitarme. Hace ya un tiempo, pero no me apetecía
hablarlo y francamente, sigue sin apetecerme dar explicaciones. Y no
es que haya pasado nada malo, no puedo decir una sola mala palabra de
él, ha sido, tal y como he dicho, un asunto mío personal e
intransferible. De hecho, no quiero extenderme porque hace tiempo que
decidí no hablar de él en el blog y quiero seguir respetando esa
decisión. Sólo quería aclarar que no ha pasado nada malo entre
nosotros y sobre todo que él es maravilloso, es una de las mejores
personas que he conocido y que la chica que termine con él será muy
afortunada. Sólo es que esa chica no soy yo. No puedo serlo. No
quiero serlo sólo por egoísmo. No puedo darle lo que él quiere ni
estar a la altura de lo que necesita. No puedo amarle como merece.
Y me da un poco de pena, claro. Pero
curiosamente, he tomado esta decisión con una sonrisa y sigo con
ella. Porque aunque sea por una vez, estoy segura de que es lo
correcto y lo mejor para ambos. Ahora sólo puedo esperar que me
perdone si le he hecho daño y que algún día, cuando todo lo feo
pase, podamos ser amigos.
Y hasta aquí el asunto Niño Chico.
Seguimos adelante, show must go on.
Decía antes que el amor no se busca ni
se encuentra, que más bien te atropella. En general los sentimientos
no son algo que uno controla. Por eso son sentimientos. Y digo esto
desde la absoluta convicción de que los dramas para las novelas y
las obras de teatro, que nadie se muere por amor ni por desamor ni
por nada. Nadie en su sano juicio, al menos. Que hay que mantener una
cierta cordura y dejar de montar tragedias griegas por todo. Pero aún
así, me desconcierta el hecho de que a veces no podamos amar a
alguien aunque sepamos que es lo correcto y lo mejor en apariencia. Y
viceversa, a veces no podemos dejar de amar aunque nos empeñemos en
ello con ganas. El corazón, que es un gilipollas, vaya.
Y por si sirve de algo, me he vuelto a
poner el anillo vaginal de hormonas para ver si me centro. No creo
que lo consiga, pero al menos he dejado de tener hemorragias
incontroladas y me siento algo más estabilizada. Igual un día de
estos encuentro petróleo y todo.
Alguien decia: "al corazón no se le manda" y eso es una falsedad. Uno se enamora porque quiere. Qué el amor llega solito, es mentira. Si uno se pone a pensar en ella todo el dia, arma castillos en el aire, es logico que termine enamorado, el tipejo se ha autosugestionado que está enamorado.
ResponderEliminarPero si uno no cae en su propia trampa, no sucede nada, así de simple.
Hace años conocí a una mujer, que decian que tenia un corazon de piedra y ella me dijo que no le daba la gana de enamorarse, el día que conozca al hombre adecuado a mi, recien me enamorare y asi lo hizo y es feliz.
El amor podra aparecer en cualquier momento, pero si no le abrimos la puerta, se queda afuera, en el frio de la calle.
Yo pienso un poco como tú: no son necesarios los dramas, y aunque no podamos elegir de quién nos enamoramos, no somos monos que se guían sólo por impulsos y podemos mantener la cordura cuando algo no sale como esperábamos.
ResponderEliminarÁnimo y palante, claro :) Me gusta tu actitud. Ojalá tú también encuentres a alguien que se sienta afortunado por tenerte, en el futuro :P Los dos os merecéis ser felices.
Yo tampoco he entendido nunca muy bien eso de buscar el amor. Aparte, creo que cuanto más lo buscas, más te esquiva el jodío y luego, cuando estás tan campante a tu rollo pensando en las musarañas... zas!!! Es un perverso.
ResponderEliminarLa verdad es que es una pena cuando conocemos a alguien estupendo pero, por una u otra razón, vemos que no es para nosotros. Eso sí, es muy noble por tu parte saber reconocerlo y no jugar con sus sentimientos como hace mucha gente.
Ya te llegará el amor, o no, nadie dijo que sea imprescindible para ser feliz.
Besotes, guapetona!!!
Precisamente hoy una amiga de toda la vida me contó algo así de su novio y le respondí que no sabía si decirle que lo sentía, cuando había sido tan armónico y la veía tan serena.
ResponderEliminarEspero que NC y tú encontréis a otro alguien a vuestra altura. O no, si no queréis.
Ups, acabo de leer que Álter ha puesto arriba algo similar.
Pues eso, que os deseo lo mejor.
Besos
Bueno, nadie mejor que uno sabe cuando algo funciona o no, aunque la mayoria de los casos tanto para lo positivo como para lo negativo no tengan una explicación racional.
ResponderEliminarAsi que mucho ánimo y mucha suerte...y te presto mi mantra: "lo que tenga que ser será"
Uno no elige de quién se enamora...
ResponderEliminarY tampoco elige de quién se desenamora (sin que eso signifique dejar de querer a alguien... precisamente, a veces, esa gente es a la que más se quiere. Y es a la que menos daño se le quiere hacer por continuar algo que "no se ve..." )
No hace falta que busques nada... Llegará... o no llegará... ;) Solo os deseo lo mejor.
Y que, aunque los caminos se separen, espero que en algún momento caminéis en paralelo y aunque sea diferente, podáis disfrutar el uno del otro y compartir alegrías (o lo que toque)
Un abrazo
Vaya por Dios!!! Empiezo a seguirme y me encuentro con este post que yo he vivido en primera persona pero a la inversa. Apufff voy a leerlo otra vez así con suerte me aclaro yo con lo que me pasó.
ResponderEliminarMe gusta como escribes, por aquí seguiré