Había dejado un post sobre la vuelta
al cole programado para hoy, pero tengo que contar esto y si se os
acumula la lectura, pues mira, es lo que hay.
El caso es que el fin de semana pasado
me dio un jari mental de los míos y me puse a pintar el baño. Así
porque sí. Ya que no puedo cambiarlo entero y tengo la suerte de que
está alicatado hasta media altura, pues dije, seguro que otro color
anima el asunto. Me compré un bote de color lila muy mono y me lié
la manta a la cabeza. Después de un par de manos el baño estaba
estupendo. Tan bonito él. Y decidí poner una estantería que había
forrado con un papel de mariposas precioso. Me iba a quedar todo de
mono...
Pero el gafe que me viene persiguiendo
desde principios de verano estaba acechando detrás del lavabo o
escondido tras las toallas. Riendo y fotándose las manos con aire
malévolo. Esperando su oportunidad para chafarme la ilusión.
Ayer por la tarde vino el Ross para
ayudarme a colgar la estantería. La sujetó contra la pared y yo
marqué las escuadras de arriba y las de abajo. Y dije las palabras
mágicas para darle la idea al gafe:
- Espero que por aquí no pase ninguna tubería...
El Ross golpeteó un poco la pared,
dijo que pensaba que no y se puso a hacer taladros subido a la
escalera. Uno, dos y bien. El otro lado, uno, dos... Y de nuevo
tentando al gafe:
- Voy a hacer el tercero por si acaso...
Metió la broca, sonó un ruidito raro
y de repente un chorro a presión salía directamente de mi pared a
la cara del Ross. Él es bastante bueno conservando la calma... hasta
que la pierde. Y yo soy una negada en eso porque a la calma y mí no
nos han presentado. Así que entramos en una espiral de nervios y
agua a presión de la que estaba visto que no podía salir nada
bueno. Yo, básicamente me dediqué a corretear por la casa como
pollo sin cabeza mientras el Ross gritaba cosas que me ponían más y
más nerviosa.
- ¡¡Corta el agua!! - chillaba desde debajo de las cataratas de Niágara - ¡¡Corta el agua!!
- ¡Tú tienes las llaves de paso ahí!
- ¡Pero no puedo, corta la general!
- ¿Y eso dónde está?
- ¡Yo qué sé, es tu casa, deberías saberlo tú!
Salí corriendo a la terraza y miré la
lavadora. Ahí hay una llave. Le di media vuelta y nada. Volví al
salón.
- ¡Joder, que es la caliente, me voy a achicharrar!
Volví a la terraza. Igual podía
quitar la caldera. Miré la caldera... ¿Cómo diablos se apaga esto?
- ¡¡Joder, que me caigo de la escalera!!
En ese momento visualicé cómo mi baño
se inundaba más y más mientras mi enorme exnovio flotaba muerto por
haberse caído de dos escalones y se cocía en el agua hirviendo que
salía de la pared. Así que hice lo lógico, abrir la puerta, darle
un barreño y volver a dar vueltas sin sentido alguno por el salón.
Y justo el momento en estaba valorando seriamente coger a Ron y
huir de la escena del crimen, dejando atrás al Ross muerto y cocido
como una gamba, el baño pintado de lila y la estantería forrada de
mariposas, se oyó un estruendo y después, la calma.
Abrí la puerta del baño esperando lo
peor. Y allí estaba, el Ross mojado hasta los huesos, la escalera
volcada, el barreño bocabajo encima del váter y todo chorreando
agua. Curiosamente, el tsunami de la pared había cesado.
- He podido cerrar la llave de paso de aquí. - me dijo con las gafas llenas de gotitas y el flequillo chorreándole en la cara. - pero se me ha caído el barreño... aunque tampoco sé muy bien para qué me lo has dado.
Podría haber sido peor. Cuando me
pongo nerviosa hago cosas sin sentido. Igual podría haberle dado la
palita de recoger las cacas de Ron.
Al final recogí el agua, me fui a
duchar a su casa, él cogió ropa seca y nos volvimos a cenar. Me
echó un poco la charla por no tener seguro en casa, por hacer cosas
absurdas y no dejar de inventar tonterías y después de no pegar ojo
en toda la noche, hoy han venido a arreglarlo. Han picado la pared,
tras mil complicaciones me han cambiado el pedazo de tubería roto y
ahora mi baño tan mono está comido de mierda, tiene un pegote de
cemento en medio de la pared y todo huele raro. Lo bueno es que tengo
entretenimiento para una temporada entre que lijo de nuevo la pared,
la vuelvo a pintar, compro un mueblecito de ikea y lo pego con patex
de ese que no necesitas clavos ni tornillos ni nada potencialmente
peligroso de perforar tuberías.
Igual el Ross tiene razón y debería
estarme quietecita, pero la vida sería más aburrida. Como dijo mi
amigo Bombita en una ocasión mientras trataba de colarse por la
ventana de su casa borracho perdido “es más difícil, pero es más
divertido”.
:D ¡Qué risa! Suerte con el entretenimiento próximo...
ResponderEliminarLo he leído en twitter... y estaba esperando una entrada... jajajajaja GENIAAAAAAAAAAAAL.... Buenísimo!!!
ResponderEliminarjajajajja otro de los grandes momentos de Brico Naar! Piscina en casa gratis!
ResponderEliminarQue te sea leve el arreglo, nena.
Jajajajajajajaaaaa la madrequeteparió. No puedo entender tu amor al bricolaje, pero da tan buenos momentos al blog, que espero que lo conserves.
ResponderEliminarUn beso
Jajajajajaja. Bueno, tal vez no debería reírme, que estas cosas son una faena pero es que tal cual lo cuentas no puedo hacer otra cosa... Yo es que detesto el bricolaje. Nunca tuve la casa muy apañada cuando vivía sola pero la ventaja es que tenía las tuberías intactas. Jajajaja. Besotes!!!
ResponderEliminarEn los momntos de crisis dejamos de ser lo que somos para transformarnos en una locura.
ResponderEliminarAbrazos