Anoche salí, cosa que es casi un milagro en mí. Soy reacia a salir. Así, en general. Tengo tendencia a la reclusión y una extraña querencia al sofá. Me gusta mi casa. Me gusta comer chocolate. Me gusta ser huraña y solitaria.
Peeeeeeeeeero… también soy humana y como tal, un ser social. Así que a veces me relaciono con otros seres vivos que no sean mi gato.
El caso es que el viernes estaba aquí en mi modo casero, con pijama, moño y calcetines de lana cuando a casi la una de la mañana, me sonó el móvil. Era A, que me invitaba a salir con sus amigos. Le dije que no porque era tarde para pasar por chapa y pintura, pero me insistió en que saliéramos al día siguiente, es decir, ayer. Como se había tomado dos copas antes de llamarme, pensé que quizás se le olvidara y yo podría pasar un típico sábado de los míos, en pijama, moño y calcetines de lana, viendo una película francesa y comiendo chocolatinas de menta.
Sin embargo, anoche estaba viendo la tele y atiborrándome a patatas fritas cuando me sonó el móvil. Y era A de nuevo. Que iban a estar en nosequé bar y que me esperaban allí.
Dudé durante mucho rato. Había cenado demasiado y llevaba toda la semana un poco floja física y emocionalmente. Así que luché conmigo misma. Y tras mucho pelear, me decidí a vestirme y pintarme los ojos. Me costó un triunfo, por absurdo que parezca. Pero lo conseguí. Mi vida se basa en ir ganándome batallas a mí misma poco a poco.
Y al final lo pasé muy bien. A es fantástico. A veces lamento que lo nuestro no funcionara porque, salvo la carencia absoluta de química sexual, nos llevamos de maravilla, tenemos muchísima confianza y lo pasamos genial juntos.
Así que anoche estuve un bar ruidoso y abarrotado charlando con un grupo de semidesconocidos y pijos camuflados que nos sabían que cuando viene la policía se grita “agua, agua”. Me sentí como una expresidiaria o algo semejante, pero me reí mucho. Además tuve suerte de aparcar cerca y me encanta volver a casa conduciendo por la noche y cantando a pleno pulmón. Así que cuando a las cuatro y pico (hora antigua) me quité el rímel y me puse las pantuflas, me sentí extrañamente orgullosa de mí misma por haberme arrancado el pijama de pelotillas y haberme echado a la calle.
Y hoy es domingo de transición, entre la juerguecilla de anoche y el plan con Anita de mañana. Vamos a ir a Latina a tomar algo y ver cantar a alguien especial. Hoy, de momento, descansaré y aprovecharé a planchar un poco. Me quedaré en pijama y calcetines, abrazada a Ron en el sofá. Que no puedo llevar tanta vida social sin un poco de vida eremita entre medias para compensar.
Cuando no sules salir de "fiesta", luego te parece un triunfo arreglarte y ponerte mona para la ocasión. Puff!! cómo te entiendo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Suena genial eso de "volver a casa conduciendo por la noche y cantando a pleno pulmón" :D
ResponderEliminartodo se habria echado* a perder si no tuviéramos la posibilidad de salir de la rutina alguna vez
Bonito domingo! y un abrazo :)
Cañas en La Latina... no sabes lo que echo eso de menos. Ay. Una por mí, anda...
ResponderEliminarTe quierooo!
CAROL: me alegro que me entiendas, a veces creo que soy un bicho raro. y esque al paso que llevo, termino con agorafobia!
ResponderEliminarSTRANGE ROSE: no suena bien porque canto fatal, jajaja, pero me gusta conducir por madrid de noche y cantar como loca.
CMQ: las cañas, mañana. y lo contaré porque va a ser... especial. tomaré un té o algo así por tí, que sabes que la cerveza no es lo mío, pero será por tí igualmente.
Disfruta de la noche. Seguro que te lo acabas pasando genial.
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