Al final los planes para el fin de semana se truncaron por razones ajenas a nuestra voluntad, pero sólo los hemos pospuesto. Pronto nos reuniremos los satánicos y haremos el gamberro hasta que se nos pasen las penas. Sí o sí.
A falta de mis gordos dándome amor, salí el sábado con una amiga. Me arreglé con esmero y salí a la calle. Todo un logro para mis tendencias agorafóbicas y sociópatas. No puedo decir que me lo pasara bien, pero por el mero hecho de que he perdido la alegría. No sé dónde la he puesto, tengo que buscarla seriamente porque me jode estar así. Yo no soy esta. Yo soy una persona más vital, más alegre, más fuerte. Yo no soy este ente ojeroso y demacrado que me mira desde el espejo.
Anoche mientras volvía conduciendo por un Madrid colapsado de gente, de coches, de luces y de más gente, me dio por pensar en ello. Sé que volveré a estar contenta y feliz. Sé que volveré a ser quien era. Lo que no sé es cuando. Porque he perdido mi alegría y no sé donde la he puesto. Puede que alguien, al hacer la maleta apresuradamente, se la llevara sin querer. Al fin y al cabo, le dije que se lo llevara todo, absolutamente todo, hasta que no quedara rastro de su paso por esta casa. De repente, tuve ganas de preguntárselo. Ojalá pudiera preguntarle si a él le sobra la alegría que a mí me falta, porque en ese caso es que se llevó la mía. Ojalá pudiera decirle lo bonita que está la puerta de Alcalá iluminada. Ojalá pudiera decirle que estuve en un sitio al me gustaría haberle llevado. Ojalá pudiera decirle que aún le echo de menos, quizás como amigo, quizás como compañero, pero que echo de menos hablar con él y contarle las cosas que me han pasado en el día. Ojalá pudiera decirle tantas cosas…
Luego volví a pensarlo. ¿Por qué iba a ser tan estúpida de querer hablar con quien no quiere hablar conmigo? ¿Por qué iba a echar de menos a quien posiblemente jamás se acuerda de mí? ¿Por qué iba a lamentarme de haber perdido a quien se alegra de ello?
No tiene sentido alguno. Y entonces, como de la nada, a la altura de Atocha, encontré la respuesta. Yo lo que tengo es un ataque de calimeritis. Ya hablé alguna vez de los momentos Calimero, esos en los que te paseas por ahí con tu cáscara de huevo en la cabeza preguntándote por qué el mundo te odia. Y yo estaba haciendo eso. Estaba haciendo el Calimero, con mis tristes ojos de pollo y mi cáscara lastimera sobre la cabeza. Oh, pobre yo, pobre, pobre de mí.
Y me dio la risa. Así, de la nada, cuando estaba enfilando la calle Embajadores, me dio por reírme. “Debo ser la tía más estúpida del mundo”, me dije. Desde el coche de al lado, un chico me miró, me sonrió y me guiñó un ojo. Y yo volví a reírme. “Lo llevas crudo, chaval.” Y seguí conduciendo, cantando a ac/dc y y viendo lo bonito que está Madrid lleno de luces.
Y es que creo que una semana es suficiente. Una semana que ha pasado lenta y agónicamente. Una semana larga como un demonio. Una semana sin comer apenas, durmiendo mal y sin ser capaz de respirar con normalidad. Una semana sufriendo un dolor inexplicable. Y ya basta. Ya se acabó. Joder, hombre ya. Fuera cáscara de huevo, fuera enormes ojos manga de lágrimas chispeantes. Fuera agonías de pollo. La vida sigue. No, qué diablos, la vida comienza.
Y puede que vuelva a caer alguna vez en hacer el Calimero, pero lucharé con todas mis fuerzas, por pocas que sean. Me recordaré que se sale, que al fin, hay luz. Me recordaré que siempre sale el sol al día siguiente. Me recordaré que volveré a reír, volveré a soñar, volveré a ilusionarme. Me recordaré que el dolor físico se cura y el emocional se olvida. Me recordaré que volveré a comer y a llenar los vaqueros con mi culo celulítico. Me recordaré que la vida está llena de oportunidades y yo iré a por ellas. Me recordaré que sigo viva y que voy a seguir estándolo. Me recordaré que algún día volveré a ser feliz como era antes o más, y este mal trago habrá merecido la pena porque me habrá endurecido un poco más. Me recordaré a mí misma porqué no debo querer llamarle, no debo lamentarme, no debo echarle de menos. Y me volveré a reír, puede que sola, puede que acompañada, por haber sido una Calimera. Volveré a reírme hasta que coja de nuevo costumbre. Volveré a reírme hasta que sea feliz de nuevo.
Seguro que un día volverás a ser feliz.
ResponderEliminarPero como jode pensar que aquel que te destrozó la vida pueda conseguir ser feliz... por lo menos antes que tú.
Un beso.
De destrozar la vida nada!! El corazón magullado sí, pero la vida intacta, q para eso es la mía y la vivo como quiero :)
EliminarY en realidad yo quiero q él sea feliz, mucho y cuanto antes, aunque sea mucho antes q yo. Así sabré q su decisión fue correcta y q lo hizo conscientemente y sin dudas. Así sabré q él tenía razón, no? Jeje.
Un beso.
A mí me ha pasado, lo de echar de menos a alguien a quién no debería. Yo creo que es la pescadilla que se muerde la cola: lo que realmente echamos de menos es quién éramos nosotras cuando ellos estaban. Las risas y los buenos momentos. Realmente creo que es eso lo que añoramos.
ResponderEliminarEs posible q tengas razón. A veces creo q ni eso, q sólo extraño el tener alguien con quien compartir momentos...
EliminarDe momento, para que seamos felices los demás, puedes hacer un súper post con las mañas de cocinero de Ron xD
ResponderEliminarOk, lo prometo!! Próximamente... Anécdotas culinarias de Ron! :D
EliminarEl otro día pensaba yo lo mismo. Nada de momentos calimeros porque no quiero plagiarte, pero me preguntaba cuánto hacía que no me reía a carcajadas. Demasiado tiempo. Empecé un post sobre ello, que tampoco he terminado porque no me gusto cuando me pongo pobretona...
ResponderEliminarPero en fín. Que claro que sí. Que seguirás adelante, que volverás a ser tú, corregida y aumentada. Pues anda que no...
Y que te quiero. Y que sí, que en cuanto me quite la pereza de resumirte todo en un mail me pongo a ello. Que estoy tardona, pero cumplo las promesas... y espero que hagas lo mismo!!!!
<3
Plagiame, reina. Ponte calimera y de imaginarte lo mismo te da la risa como a mí. Y si no, piensa q algún día nos descojonaremos de todo esto, estoy convencida!
EliminarRecuerdo que Calimero era una de mis series preferidas cuando era niña, pero no recuerdo que fuera lamentándose de si mismo. Si eso era lo que hacía el entrañable pollito que cantando el pío pío ganó el premio cantautores, pues mejor que no lo recuerde. Biquiños!
ResponderEliminarCalimero era el melodrama en versión pollo, de ahí q le haya tomado el nombre. Pero oye, q es una visión personal de las mías, q a si a ti te molaba... Pues estupendo! :)
EliminarQué gran post, Naar! Me ha emocionado.
ResponderEliminarCuánta fuerza tienes! Creo que a veces no eres del todo consciente de tu fortaleza, de tu enorme capaciadad de sobrepoenrte a la adversidad y de vovler a empezar de cero.
Fuera, fuera calimeradas. Tú no eres así.
Volverás a ser feliz, volverás a a ilusionarte y a creer.
Y lo sabes. Porque ya lo has hecho otras veces.
Mucha fuerza, y verás cómo el sol sale cuando menos lo esperes. Y mucha suerte en el concurso 20Blogs.
Un besazo!
Gracias Gata!! cada vez que me decís que soy fuerte, me pongo un poco mejor porque creo que no podéis estar equivocados y que sí, que puedo con todo y que pronto estaré descojonándome de la vida otra vez. antes lo sabía... ahora estoy totalmente segura y convencida!
Eliminarun beso!
http://www.youtube.com/watch?v=ESBBWa6qapU
ResponderEliminarBesazo!
Anita
En año nuevo me la veo otra vez, faltaría más!!
EliminarUn beso!!
¡¡¡¡Eso es!!!! No hay mal que por bien no venga, así es y así será.
ResponderEliminarSigue adelante que el pasado se quedó atrás y que nada te impida reir...
agua pasada no mueve molino, dicen. así que sí, a seguir adelante :)
EliminarA veces es eso, cuestión de actitud... yo llevo dos días solamente con mu "actitud" cambiada y, puedo decir bien fuerte, que ahora mismo soy otra persona... y que espero que me dure muuuuucho.
ResponderEliminarBesos!!
Sí, totalmente de acuerdo. pero a veces cuesta ese "click" que te hace cambiar de actitud. yo lo he encontrado y me alegra que tú también.
Eliminarhace no mucho podria decir que me encontre como tu o por lo menos como describes que estabas. Se que me costara pero la verdad es que leerte, me ayuda, en muchas ocasiones ver lo fuerte que eres y como luchas, me motiva asi que gracias y adelante
ResponderEliminarhttp://davidsanslife.blogspot.com.es/2012/11/parte-de-mi.html
gracias a ti. todos pasamos por malas rachas y a veces ver las fuerzas de otros nos anima, así como otras veces animamos nosotros a los demás. es lo bueno de la vida.
Eliminaránimo y sigue tú también caminando y tirando pa'lante como dices :)
Me ha encantado la definición de "momento calimero", y que mejor salida que reírte de ti misma xD yo creo que es buen momento para que te pongas a ver el club de la comedia o algo del estilo, que no te falte la risa ^^
ResponderEliminarBesos!
Jejeje, momentos Calimero para todos! la verdad es que cuando lo ves de esa manera te haces hasta gracia a ti misma. Y no, la risa que no falte, sea de la forma que sea, sobre todo si es de úno mismo :)
Eliminar