Procuro no ser una persona cruel que ataque sin razones. Soy más de las que si no tiene nada bueno que decir, no dice nada. Pero hay veces que ya se colma mi paciencia.
El otro día pasé muy suavemente por el tema de Cáncer y el acoso al que me sometió la noche del speed dating. Pero reconozco que me hizo sentir incómoda. A mí la táctica de “te separo de todo el mundo para que me tengas que hacer caso a mí” no me gusta un pelo. Y a eso se le añade que no me gusta el contacto físico con desconocidos, como ya he dicho alguna vez. Si yo no te toco, si cuando me tocas me aparto y su cada vez estoy más arrinconada y cruzada de brazos, es que no me está molando tu plan. Pero nada, oye. El tío seguía a lo suyo hasta que se me abalanzó y le hice una cobra de libro. En serio, la mega cobra.
Y digo yo… y digo en serio ¿Quién en el mundo si le hacen una cobra vuelve a por otra? ¿¿QUIÉN?? Pues este menda. Y vale, te han hecho la segunda. Tu dignidad debería estar por los suelos. Deberías estar hundido… o no, claro, siempre puedes volver a por la tercera. Porque sí, porque tú molas mucho.
Estaréis pensando, no fuiste lo bastante clara. La gente que me conoce sabe que soy asquerosamente clara. Demasiado. Y por eso, tras la primera cobra le dije que no me iba a liar con él, que dejara de intentarlo. Y tras la segunda se lo repetí de peores maneras y le dije que en serio, no iba a conseguir nada y que no estaba yendo por el camino adecuado conmigo. Tras la tercera ya no dije nada y al poco rato me fui.
Traté de tomarlo con filosofía. Quizás el chico se había emocionado un poco y tal. Quizás yo estaba un poco susceptible o paranoica. Quizás podía dejar de lado el rollito acosador y quedarme con las cosas buenas del chico.
Pero empecé a recibir wasap. Porque una de las chicas que vino al speed dating tuvo la feliz idea de pedirme el número cuando él estaba delante y lo cogió al vuelo con un “ah, me lo apunto yo también”. Y al principio ignoré sus mensajes. Luego le respondí con monosílabos. Le colgué dos llamadas. Y al fin le dije otra vez que no voy a liarme con él. Que no me gusta nada y que no va a pasar nada entre nosotros. Y que me dejara en paz o iba a empezar a mosquearme. Cojones ya, tío pesado.
Y ahora me pregunto… ¿En serio el cansinismo da resultado? ¿alguna vez en la vida ha funcionado? ¿hay tías que quieren sentirse acosadas? ¿soy yo que soy una paranoica? ¿he perdido tanta práctica en esto de ligar que ya no sé lo que hay que hacer? ¿qué es todo esto? ¿¿Qué está pasando??
Por suerte, hay otro chico. El otro que dije que conocí esa misma noche. Ese lo está haciendo bien. Muy bien. Que te cagas de bien. Hacía años que no sentía que un hombre me estuviera conquistando tan bien. Porque al día siguiente al evento en cuestión me mandaron el mail diciendo que había coincidido con él y que le gustaba. Se lo conté a Flumi y me dijo que ese chico le había caído muy bien, pero que el otro, el Cáncer, le parecía un chuloplaya. Y me dijo que esperara un par de días a que me escribiera, porque seguro que quería hacerse el interesante. Pero no, me escribió el mismo domingo. Lo cual según Flumi es que le molo bastante. Luego me pidió el facebook para que pudiéramos charlar un poco. Y llevamos dos noches hablando.
Lo malo es que es demasiado hombre para mí. Yo soy más de tipos normalitos tirando a cutres. Y este es jodidamente perfecto. Es inteligente (ingeniero aeronáutico), culto, simpático, divertido, deportista, sano y guapísimo. Pero no guapo de los que me gustan a mí, ni de los que me “parecen” guapos. No. Guapo, de guapo. De anuncio. Y está súper interesado en mí, en conocerme y en blablablá. Y me ha pedido una cita. Una cita el jueves… o sea, una cita el día de san Valentín. Y yo vuelvo a hacerme preguntas… ¿Una cita? ¿ese día? ¡¡Maldita sea!! ¿qué es esto? ¿una película americana?
O cada vez mi vida es más ridícula o me estoy metiendo drogas sin saberlo. Y os juro que como esta vez el jarabe de la tos estaba malo, no lo sigo tomando. Así que no sé. No sé qué hacer, no sé qué es esto, no sé qué está pasando. No sé nada.
¿Qué es demasiado hombre para ti? Que espabile él, tú sí que eres demasiada mujer para muchos.
ResponderEliminarEl cansinismo, como tú lo llamas, a mí me lo baja todo. Basta que un chico que me tenía medio interesada se pusiera en ese plan para que yo echara a correr. Tienen que aprender a mantener la dignidad, coñoya.
Di que si! Jajaja es el destino una historia que empieza el dia de los enamorados...me encanta Naar
ResponderEliminarQue paciencia tienes!! Le tenías que haber dado una buena galleta, y no las del príncipe precisamente jaja
ResponderEliminarRespecto al macizo, la única pregunta que debes hacerte es ¿Y por qué no?, si sale bien, eso que ganas, y si sale mal, más material pa tu blog jaja
Besos Naar ^^
Tomate
Si te mola, vete y punto, que después te arrepientes. Biquiños!
ResponderEliminarUf, no sabía yo que el Cáncer era tan cansino (o no supe leer las señales). Me desdigo de mi anterior comentario. ¿El ingeniero te ha pedido una cita en San Valentín? Qué tiernooo. Al final te nos vas a volver ñoña y todo. Jajaja. A por él. No le dejes ni los huesos!!! Besotes!!!
ResponderEliminar¿En serio? ¿3 cobras y sigue acechando? Más que cansarme a mi me daría miedo...
ResponderEliminarY respecto al ingeniero aeronáutico, ¿qué tienes que perder? A lo mejor hasta pasas un buen rato.