Conato de disgusto hoy que al final ha
quedado en nada.
Estaba yo aquí en mi sofá mirando al
vacío y decidiendo qué sabor de fideos chinos de sobre me iba a
hacer para cenar, cuando me manda un mensaje el Niño y me dice que
no le han dado libre el día de la boda de Reichel. Que tiene un
disgusto horrible. Le he llamado y le he dicho que insistiera un poco
a su jefe, que es muy majo. Me ha dicho que lo intentaría pero que
no pintaba bien. Y que lo sentía y que no me enfadara con él. Como
si pudiera enfadarme por algo que no tiene culpa, el pobre.
Me he ido a la ducha dándole vueltas a
la cabeza. Bueno, otra boda a la que voy sola. Me aliaré con Flumi.
Él es mi compañero de aventuras suicidas. En lugar de dos noches de
hotel, cambiaré la reserva para una, la de la noche de antes. Porque
la boda es de mañana y para estar allí on time tendría que
levantarme a las 7, vestirme, emperifollarme, plantarme el pameloncio
y conducir de esa guisa durante una hora cagándome en todos los
muertos del universo. Así que no, hotel la noche de antes y después
de la boda, me vuelvo, aún emperifollada y con la pamela de
copiloto. Odiando la boda, a Reichel y el ir sola a un evento de esa
clase.
Cuando he salido del baño estaba
triste. Llevar de nuevo pijama de pantalón largo me deprime un poco.
Que sea de noche a las nueve me deprime mucho. Ir sola a una boda me
deprime cantidad. Así que en vez de fideos chinos de sobre me he
hecho sopa de sobre. Siempre me hago sopa de sobre cuando estoy
triste.
Entonces el Niño me ha mandado un
audio de dos segundos. “Que sí tengo el sábado libre”. Lo he
escuchado cinco veces por si había entendido mal. Pero no. Sí que
viene. Menos mal. No me apetecía nada ir sin él. Que sí, que son
mis amigos, que Flumi es un buen compañero de farras y blablá, pero
los ojos negros del Niño me calman en mitad de las tempestades. Él
tiene el don de rebajar mis ánimos suicidas y matadores. Y eso viene
muy bien en una boda en que tengo que llevar pamelón.
Que esa es una historia que me quita
mucho el sueño. Parece una chorrada, pero no lo es. Los estilismos
bodiles siempre me estresan. Excepto mi vestido del buen rollo, el
resto me pone nerviosa. Es llevar ropa incómoda y rara, con la que
me siento disfrazada. Es llevar maquillaje potingoso en la cara, cosa
que odio porque cada vez que me toco pienso que estaré a ronchas. Es
todo un coñazo. Y para colmo, en el protocolo del bodorrio se
especifica que hay que llevar tocado o sombrero. No me gustan los
sobreros. En verano los llevo para evitar el sol, pero no me gustan.
Los tocados pequeños me parecen ridículos para mí, así que la
idea está descartada. Pensé en pasarme el protocolo por el forro de
los huevos, pero luego le di otra vuelta. Al final decidí comprarme
una pamela tamaño plaza de toros. Ya que tengo que llevar algo, que
sea a lo grande. Soy así de extremista. O nada, o a lo bestia. La
única pregunta que queda es cuánto tiempo aguantaré con eso puesto
antes de quitármelo y mandarlo a tomar por culo.
En fin, menos mal que es la última
boda del año porque empiezo a estar mu jarta.
la pamela, creo que le va bien a tu cara triangular. te daría un aire audrey hepburn. ;)
ResponderEliminarque lo pases bien! en la medida de lo posible...
besos!!
Yo voto a favor por las bodas en jeans. :)
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