Hace años conocí a una chica rusa en la facultad que me dijo que le fascinaba eso que los españoles llamamos “sobremesa”. Por lo que se ve, los rusos no lo hacen. Esta chica, que había viajado bastante, me decía que de los países que ella conocía, sólo en España e Italia se da este fenómeno puramente mediterráneo. Supongo que es un tema cultural.
Yo reconozco que me encanta. No siempre hay tiempo, y a veces la vida es mucho más complicada de lo que queremos. No siempre podemos pasarnos una hora después de comer charlando con los comensales. Hay que ir a trabajar, a hacer cosas. Pero cuando se puede, es un placer.
En mi familia, es un tema que se lleva al extremo. Nos importa un bledo la comida, pero déjanos estar horas charlando después. Además, mi Tiamaterna siempre dice que lo de ir a tomar café a otro salón es una pijada. Que lo que mola son las sobremesas de migas y mantel, como ella las denomina. Yo creo que en mi familia, si directamente nos das una mesa con migas por el mantel, algo de beber y bombones o algo para picar, somos felices.
De hecho, somos un poco exagerados. El día de mi cumpleaños, por ejemplo, se dio un caso de libro. Comimos. Charlamos. Tomamos café con torrijas. Seguimos charlando. Merendamos unas rosquillas y bombones con sidra para empujar. Más charla. Más y más charla. Hasta que a las nueve y media de la noche yo me vine a mi casa. Pero ahí se quedaron mis abuelos, tito Juanchu (amigo de mi padre de toda la vida) y mis padres. Así que cenaron. Y siguieron de charla hasta que a la una de la mañana mi madre les dijo aquello de “bueno, nosotros nos vamos a la cama que esta gente se querrá marchar.” Si no, yo creo que seguirían ahí.
En mi familia, si una comida acaba antes de las seis de la tarde, es que ha sido un fracaso. Y si una cena no se alarga hasta las dos de la mañana, lo mismo. Yo pensé que esto era normal hasta que empecé a tener familias políticas. La del desequilibrado por ejemplo no era así. Terminaban de comer y salían corriendo. Y chico, qué quieres que te diga, a mí me dejaba así como a medias. Qué cosa tan fría, leche.
¿Y los demás? ¿Os da por alargar las comidas hasta las tantas? ¿Os gustan las sobremesas de migas y mantel?
Lo de no hacer la sobremesa me recuerda a la difunta tía de mi madre y a las tres hijas de ésta, que no acabaste de comer y ya te quitaron el plato y están fregando. En mi casa tuvimos que prohibir éso en sus visitas, porque nos estresaban, ni reposaban ni leches xDDD
ResponderEliminarEn mi casa nos encanta, empezamos la sobremesa mientras comemos, se monta una jarana..., parece que nos hayamos juntado 50 personas.
ResponderEliminarLa sobremesa se alarga, porque sino, ¿para qué nos juntamos?.
Adoro la sobremesa!!! El hecho de quedar a comer con la gente es, realmente, una excusa para hablar. Si invito a alguien a comer a mi casa, come y sale pitando, me quedo con la sensación de que la persona en cuestión vino sólo porque había comida gratis. Jajaja. Un beso.
ResponderEliminarÍdem, sobremesa a tope. El día menos pensado llaman a los antidisturbios para echarnos de la salita :)
ResponderEliminarCreo que es una costumbre importante, te ayuda a estar más cerca de los tuyos, y más a día de hoy que todo son relojes y prisas.
Para comer solamente siempre queda la comida a domicilio :P
Mi familia cuando se juntan para comer también hacen eso, es bastante entretenido salen a la luz muchas anecdotas y cosas interesantes...
ResponderEliminarCuando estoy a gusto y hay tiempo, sin alargar la comida no me entiendo jejeje. Biquiños!
ResponderEliminar¡Me encantan! En todas mis comidas familiares, sobre todo por parte de mi padre hay laaargas sobremesas de migas y mantel, con muchos dulces y café. Se hace un café tras otro y casi siempre enlazan con la cena. Además somos una familia muy muy numerosa y siempre hay muchas cosas que contar. Genial el término "migas y mantel" :)
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